domingo, 22 de febrero de 2009

ARTE

Arte es todo un ejercicio de estilo, ingenio e interpretación. El texto de Yasmina Reza, muchas veces representado desde hace más de diez años, es rico en matices e intención. Siempre me maravilla el dominio de los buenos actores del gesto y de la palabra, cómo utilizan el espacio, la entonación y la expresión corporal para poner en pie una obra que sobre el papel no suele decir mucho, salvo excepciones. La genialidad de Iñaki Miramón (totalmente vasco), Alex O´Dogherty y sobre todo Luis Merlo arranca aplausos sobradamente merecidos en varias ocasiones.
El punto de partida de la obra es simple: Sergio (Iñaki Miramón) compra por cincuenta mil euros un lienzo totalmente blanco, obra cumbre, según él, de un importantísimo artista contemporáneo. Marcos (Alex O´Dogherty) se burla de él por tamaño despropósito. Iván (Luis Merlo), pusilánime, conformista y conciliador, intenta mediar entre ambos. Se suceden los diálogos llenos de reproches y cargados de intención. Parece que se va a ir a pique su amistad de veinte años porque a lo mejor en realidad no son tan amigos. Son muy distintos, desde luego, pero así ocurre en la realidad. Iván está a punto de casarse, más por conveniencia que por amor, y sus amigos casi deciden plantarle. En un largo monólogo digno de figurar en las antologías del género Luis Merlo descarga todas sus frustraciones y la debilidad que le lleva a buscar apoyo dos veces a la semana en la consulta de un psiquiatra. Le pasa como a los países neutrales: por intentar mediar entre zonas en conflicto acaba siendo invadido por las fuerzas hostiles. Sergio y Marcos siguen en sus trece: Sergio piensa que ha adquirido una obra maestra y tilda a Marcos de ignorante y bruto. Éste, muy pragmático, no entiende semejante despilfarro ni cómo se puede llamar "arte" a algo tan simple. Le parece una tomadura de pelo. De la discusión inicial pasan a viejos reproches, antiguas situaciones no aclaradas en su momento y los inevitables roces entre amigos, ésos que se obvian para no herir al otro y poder mantener la amistad. En un momento dado parecen dispuestos a separarse. Iván no soporta la idea de la ruptura, bastante tiene con aguantar un empleo de susbsistencia y un próximo matrimonio que no le convence en absoluto. Exagera algunas cuestiones para quitar hierro a la situación. El final es un canto a la amistad no exento de amargura y realismo.
Mucho se ha hablado y escrito sobre el arte contemporáneo. Yo no soy una entendida en absoluto, ni siquiera me gusta, soy demasiado convencional y no comprendo las nuevas corrientes artísticas. Muchas veces me parecen una broma de mal gusto, aunque no dejo de reconocer el ingenio y la creatividad de algunos artistas. Pagar millonadas por un lienzo emborronado suele ser un alarde de esnobismo. Es como la historia del traje nuevo del emperador: nadie se atreve a decir la verdad. Lo cierto es que no me interesa demasiado este mundillo. Sí me interesa, en cambio, todo lo referente a la amistad. Los amigos se eligen y hay que cuidarlos. Una amistad de años puede irse al traste por un detalle nimio o por una seria desavenencia. A un amigo le cuentas hasta lo más inconfesable y sabes que te apoyará en todo lo que pueda, te cubrirá en situaciones comprometidas y te tratará con indulgencia o con dureza llegado el momento si te quiere de verdad. Los lazos familiares imponen muchas ataduras y compromisos no siempre deseados, en cambio los amigos conllevan aires de libertad y expansión. Algún latino llamaba al amigo "protectio fortis", y no le faltaba razón. Dicen que buena parte de nuestro éxito como personas se debe a nuestros amigos. Hay quien los mantiene desde la infancia , otros van surgiendo según andamos el trecho de nuestra vida. En momentos bajos son una ayuda inestimable y cuando de buenos ratos se trata nada vale tanto como su compañía y su risa. Apreciamos su sinceridad y su apoyo y buscamos su aprobación en cuestiones delicadas. Yo tengo grandes amigos a los que debo mucho y cuya compañía me resulta grata y necesaria. Me gusta estar en contacto con ellos a pesar de la distancia. Un viejo proverbio dice que no hay que dejar crecer la hierba en el camino de la amistad. Resulta muy grato reencontrarse con viejos amigos y poder entablar una conversación como si no hubiera pasado el tiempo. Nuestra vida va unida a la de ellos más allá de los convencionalismos y las diferentes épocas que nos toca vivir. En la obra, la sinceridad desata la polémica. Habría sido más fácil seguir la corriente y admitir que el lienzo en blanco vale una fortuna, pero eso sería mentir y un amigo nunca miente. La generosidad vuelve las aguas a su cauce. Gran lección.

6 comentarios:

soy amarillo y azul dijo...

Ay si en mi vida faltaran mis amigos, en que oscuro paisaje se tornaría. Seguro que una parte importante de la felicidad de tu nombre viene por las amistades que cultivas.
Un saludo, profesora.

soy amarillo y azul dijo...

(Acabo de contarle a mi hijo en la cama el libro "Arte y su arte", que trata de un chaval -Arte- que se pasa el día creando, hasta en sueños.)

Joselu dijo...

La amistad es calor para el corazón, igual que el arte es calor para el espíritu. No hace mucho vi una exposición del artista constructivista Alexandre Rodtchenko. En ella había una panorámica de toda su obra, y a mitad de su carrera, como colofón de una época, pintó tres cuadros de mediano formato. Uno rojo, otro verde y otro amarillo u ocre. Nada más que los colores. Reflexioné sobre lo que significaba aquello. Vistos aisladamente en un comedor de una casa como en el caso de Arte resultan insignificantes y absurdos. Sin embargo, en el conjunto de la exposición aquellos tenían su lugar y su sentido. Es el problema del arte contemporáneo. Por un lado distinguir la verdadera creatividad del camelo, y por otro comprender conceptualmente el significado de lo que está proponiendo el artista. En el arte contemporáneo hay verdaderas propuestas muy válidas y también mucha escoria. Para distinguirlo hay que ver mucho arte y tener un criterio propio lo que implica mucha formación pero también la libertad de poder llamar tontería a lo que es una tontería.
Me doy cuenta de que el tema de la obra de Reza es la amistad, y tu resumen de la misma me hace desear verla. Realmente es interesante. Un saludo, maestra feliz.

Elena dijo...

Vi la obra hace unas semanas y me gustó bastante. Me pareció muy original y divertida. Es un drama envuelto en ropajes de comedia, donde salen a la luz muchos aspectos conflictivos. Los actores estaban muy convincentes, aunque me habría gustado ver la versión que en su momento protagonizó Ricardo Darín. Como tú dices, una gran lección.

Saludos

Yolanda dijo...

Profe, los amigos son imprescindibles. Los míos son estupendos, desde luego. Coger el teléfono sabiendo que al otro lado hay una voz amiga no tiene precio. Y, sí, me considero feliz por tenerlos, entre otras personas importantes en mi vida. Gracias a ellos he crecido como persona y como maestra y les debo mucho.
Joselu, en el arte contemporánero cuesta mucho distinguir el grano de la paja. Hay cosas válidas, desde luego, pero también mucho cuento. Me gustaría ser una entendida para poder tener más argumentos, aunque quizá sea más importante la intuición. Admiro la creatividad, pero me parece un abuso lo que cuestan esas supuestas obras maravillosas. En la obra el cuadro es la excusa perfecta para desencadenar una discusión entre amigos y realmente merece la pena.
Elena, celebro que también te gustara. Es genial. Me encanta el teatro, a pesar de los precios a veces algo abusivos. Me admira el oficio de actor y los recursos escénicos, con unos pocos elementos y mucho ingenio ponen en pie las historias más complicadas. En España hay grandes actores y debemos disfrutarlos.
Gracias a todos por leerme.

Miguel dijo...

Yo creo en la amistad. Algunos de mis amigos lo son desde mi infancia, hace ya un montón de años. Cuando nos encontramos (a veces pueden pasar años sin vernos) una explosión de júbilo y complicidad brota entre nosotros, y entonces el tiempo que ha pasado sin vernos se convierte en nada, y parece que fue ayer cuando nos vimos. Y la cordialidad y la confianza vuelve como antaño a presidir nuestra relación. La amistad no ha decrecido un ápice después de tanto tiempo.
Un abrazo.