jueves, 5 de septiembre de 2013

RECETA PEDAGÓGICA

 
 RECETA PEDAGÓGICA

Un buen plato se cocina
con ingredientes de primera,
con tiempo, paciencia  y cariño,
sin prisas y alguna espera.

Primero pon al profesor
unas horas en remojo
en medio litro de agua
y de empatía otro buen chorro.

Escúrrelo y sécalo bien,
no vaya a coger frío,
ponle unas gotas de vainilla
que da buen saborcillo.

Prepara un sabroso majado
con paciencia y comprensión,
no olvides la simpatía,
todo ello en armoniosa unión.

Deja reposar unas horas,
saca a los alumnos del paquete,
ahora todos muy morenitos
porque el verano fue de rechupete.

Revisa que no traigan malhumor,
desgana, apatía o desinterés,
limpia su vocabulario
y que no entren de tres en tres.

Colócalos en un aula limpia,
luminosa y ventilada,
con todo lo necesario
para estar a gusto, sin faltar nada.

Rocíales a todos 
con esencia de cariño y atención,
tiene el color de las fresas
y el gusto de la buena educación.

Disfrutarán de muchos meses
de agradable convivencia,
entre estudio, dibujos y lecturas,
con voces quedas y sin protestas.

Harán excursiones,
jugarán y trabajarán,
saldrán muy bien preparados
y además,claro, crecerán.

Si cada cual cumple su parte
el curso será una feliz travesía,
la receta ya está lista,
ponle amor y será la mejor medicina.

NOTA: Puedes añadir tomillo,
perejil o chocolate,
nata, azúcar o canela,
pon tú lo que más te place.

La vida se hace así,
con ingredientes de primera,
de ti depende el sabor
si haces bien tu tarea.

                            
                                       Habrá que empezar con optimismo, ya se encargarán otros de poner vinagre o hiel. Feliz curso a todos. ¡Fuerza y honor!                           


 


7 comentarios:

Miguel dijo...

Pues para empezar un nuevo curso, estos consejos en forma de ingredientes no están nada, pero nada mal. Y es que los que nos dedicamos a esta bendita profesión sabemos que no es fácil ponerse delante de un grupo heterogéneo de niños y niñas y así como quien no hace la cosa ponerse a explicar. Se trata de algo mucho, pero mucho más complejo. Algo en lo que no debe faltar ninguno de los ingredientes que tú has puesto en el post.
¡Te deseo un buen comienzo de curso! Sé que el ánimo no te faltará.

Besos.

Yolanda dijo...

Miguel, tomé la idea de esta receta en no sé qué página y la reconvertí en un poemilla optimista. Nos hace tanta falta el ánimo... Yo he empezado con mal pie, pillé un virus el viernes pasado que me ha tenido con fiebre, vómitos, dolor de garganta y malestar general. Aún no estoy recuperada del todo, espero estar bien el lunes porque necesitaré todas las fuerzas posibles. En fin, colega, paciencia, a ver cómo se nos da. Un fuerte abrazo.

Joselu dijo...

Había leído tu en un correo que habías reenviado. La leí allí y no presté atención a la misma que aparecía en el blog.

Una excelente receta pedagógica aderezada con amor al trabajo y a estos diablillos que nos requieren y esperan de nosotros lo mejor.

Es curioso. Este año soy tutor de primero de ESO. Es la primera vez que estoy con niños tan pequeños. El informe pedagógico que nos llegó fue que era preferible con ellos una pedagogía pautada y autoritaria ya que proceden de culturas en que se venera la autoridad (la latina y la magrebí). Eso me hizo pensar pues no he sido nunca demasiado autoritario. Supongo que es una receta en que el profesor proyecta su afecto con gestos firmes y sólidos para que no dé en ningún caso la impresión de falta de autoridad. No sé si conozco esta receta. La tuya no habla de ello, pero sabemos todos que ello está completamente presente en cualquier combinado pedagógico. La autoridad unida al optimismo. En fin, tu receta subraya ciertos componentes que nos vendrán bien a todos los que empezamos en estos días. A mí especialmente con niños tan pequeños a los que hay que orientar y pautar, tarea difícil porque el que firma es todo menos pautado. En fin. La receta está bien, pero otra cosa es la realidad del día a día del profesor que intenta enseñar y sobrevivir.

Un fuerte abrazo.

Yolanda dijo...

Joselu, todos los docentes sabemos de sobra que no hay recetas mágicas para tratar a los alumnos. Por muchos años que tengamos de experiencia y por muchos consejos que nos den al final eres tú, con tu personalidad, tu motivación y tu profesionalidad quien debe saber llevar una clase, con todas las variables que eso supone, y cada vez más. Valores como la empatía, la firmeza, la paciencia, la comprensión y muchos más son imprescindibles, pero nada te asegura el éxito aunque sigas al pie de la letra el mejor de los manuales. Los alumnos actuales son muy difíciles, tienen unos problemas que debemos atender aunque hace años eran asuntos secundarios. Los padres se entrometen en todo porque en la inspección les reciben con alfombra roja sin cita previa y se creen con derecho a opinar sobre libros, actividades, evaluación, sanciones... Para ellos todo es negociable, sus niños son criaturas celestiales que tienen derecho a todo con escasísimas responsabilidades. Les han hecho creer que tienen la misma categoría que un equipo directivo y acuden con las demandas más peregrinas haciéndonos perder un tiempo precioso. Nos obligan a hacer la puñetera e inútil evaluación inicial en la primera semana, pero si un alumno (en mi caso cuatro)faltan y no van hasta el lunes siguiente tienen derecho a que se les haga igualmente si la falta está justificada, manda huevos... Nos critican por las muchas vacaciones que tenemos pero ellos las alargan tan ricamente con total desvergüenza. ¿Sabes que en Madrid están contratando profesores po uno o cuatro días sólo para corregir las pruebas de septiembre? Somos un trapo para ellos, menos que una asistenta que limpia ventanas una vez al año y luego adiós. ¿Cómo vamos a trabajar con ganas? Cuesta hacer de tripas corazón, cada vez más. Yo intento aportar mi granito de arena, si a alguien le sirve, me alegro. El apoyo de los compañeros es fundamental y tenemos que contar con ellos.
En fin, colega, seguro que sabes manejar a esas criaturas creando un clima de trabajo agradable. Si encima aprenden algo ya es la pera, lo mejor es proponerse metas modestas para no frustrarse mucho. Yo llevo muchos años trabajando con 5º y 6º así que si necesitas alguna cosa ya sabes, 1º de ESO es una continuación del 3º Ciclo, sobre todo al principio. Esperemos que nos dejen trabajar medianamente a gusto. Un fuerte abrazo.

amelche dijo...

¡Ufff! No sé si me ha impresionado más el post o la parrafada que has soltado en el comentario a Joselu... Grandes verdades. Bueno, a ver cómo nos sale la receta este curso.

Yolanda dijo...

Amelche, colega, a veces sólo nos queda el desahogo con los que pueden entendernos para dar rienda suelta a nuestros cabreos y frustraciones. No pueden solucionarnos gran cosa pero al menos nos escuchan y nos entienden, que no es poco. Admiro a los maestros que son capaces de innovar y dar un giro al mortecino panorama educativo español, como los que aparecen en el suplemento de El País del pasado domingo. Por desgracia, tarde o temprano esos alumnos que han vivido experiencias maravillosas son engullidos por un sistema cada vez más injusto en el que cuentan más los resultados que los procesos. Por mucho que yo quiera escaparme de las odiosas programaciones, estándares y demás tengo que preparar a mis alumnos para las pruebas que les esperan dentro de unos meses y que van a condicionar su futuro de modo irremediable. No interesa la creatividad, sólo nos piden fabricar borregos con escasa capacidad crítica, obedientes y sacrificados. Ay, qué pena...
Un fuerte abrazo. Y, a pesar de todo, hay que mantener la sonrisa y el ánimo, por mucho que nos cueste.

amelche dijo...

Pues sí, tienes toda la razón, ¿qué me vas a contar? Yo también lo vivo cada día. Un abrazo y ánimo.

Ana