miércoles, 29 de abril de 2009
















Nací en Burgos el 29 de abril de 1955, por lo tanto hoy cumplo cincuenta y cuatro años, una fruslería sin importancia. También es el día (según el periódico) de Michele Pfeiffer (51), Uma Thurman (39), Andre Agassi (39), Daniel Day-Lewis (52), Zubin Mehta (73) y Jerry Seinfeld (55), entre tantos otros que han pasado otra página ficticia en su calendario particular. Se ve que los Tauro damos buena cosecha. Hay quien deja pasar su cumpleaños sin celebrarlo, no le da importancia o incluso le fastidia cumplir años. Yo lo celebro todo lo que puedo, no tanto por el hecho en sí sino porque es una magnífica excusa para invitar a las personas que quiero y pasar un buen rato con ellos. Siempre llevo caramelos, madalenas o cualquier dulce por el estilo a mis alumnos. Invito a mis colegas en el recreo (solemos hacerlo todos cuando nos toca) y lo celebro en casa con mi familia. Me encanta tener invitados, aunque soy una exagerada comprando y preparando cosas, siempre me parece insuficiente.





Hoy mis alumnos me han recibido con la clase a oscuras y un ensordecedor "¡Feliz cumpleaños!" cuando he entrado. Me han llevado tres bizcochos hechos por sus madres, me han regalado un par de pañuelos preciosos y me han escrito varias tarjetas. Se han portado razonablemente bien y hemos dado las clases con normalidad, control incluido. Para mis colegas he llevado trufas y tarta de queso. A medodía hemos salido unos cuantos a tomar cañas y tapas. Me encanta reunir a la gente que aprecio. Por muchos bienes materiales que acumulemos, no sirven de nada si no tienes con quien compartirlos. La compañía, el calor humano, son indispensables para vivir. Hay que intercambiar risas, comentarios, vaivenes, anécdotas, sentimientos, preocupaciones... Las personas son la sal de la vida. Me ha llamado mucha gente, familiares y amigos. Me ha emocionado especialmente la llamada de Natalia, una alumna que acabó 6º en junio y está en 1º de ESO. La he visto varias veces este curso (ha ido a enseñarnos las notas trimestrales con otros compañeros) pero hoy se ha acordado de mí y hemos hablado largo y tendido. Dice que se acuerda mucho de mí, que aprendió mucho conmigo y que ahora se arrepiente de haberse portado mal tantas veces. Tiene mucho carácter y es muy madura para su edad, da gusto hablar con ella. Detalles así resultan muy gratificantes.





¿Qué significa cumplir años? ¿Qué es el tiempo? Ah, la eterna pregunta filosófica... Nos empieza a preocupar cuando sentimos que nos va quedando poco, cuando ya no podemos hacer lo que solíamos o cuando pensamos que es un bien cada vez más escaso y por ello más preciado. El dicho más repetido afirma que el tiempo es oro. Otro asegura que lo cura todo. Creo que ambos son ciertos, aunque hay heridas que no curan nunca; como mucho te acostumbras a convivir con ellas, vas tolerando la ausencia amada o el dolor. A veces, como dice Serrat, te asalta a traición un recuerdo inesperado, una voz, un detalle que dormía agazapado en lo más oculto de la memoria y te sacude, te emociona o te encrespa. A más años, más recuerdos, más personas, más experiencias. Uno va mirando hacia atrás y se recuerda más joven y quizá más animoso, más inexperto pero más atrevido, más fuerte y más rápido. Yo me noto más lenta, evidentemente, pero siento que me fijo más en detalles que antes me pasaban inadvertidos y que disfruto con mayor deleite de los pequeños placeres. Del goce del descubrimiento pasas al de la sabiduría, dominas el terreno que pisas, te sientes más seguro. Aún queda mucho por conocer pero los mecanismos que nos llevan a lo nuevo ya son viejos conocidos. Ser mayor no garantiza dejar de cometer errores, pero sí asegura cierta indulgencia consigo mismo y con los demás.Me encanta hablar con gente mayor que sabe lo que dice, que ha vivido mucho y a placer y que guarda en cada arruga una vivencia profunda. Sólo con los años uno aprende a estar bien en la propia piel, a ser tolerante y comprensivo de verdad. Yo por fin creo que voy siendo la maestra que siempre deseé ser, pero sigo intentándolo cada día. Sigo proponiéndome leer más, tener más paciencia, ser más ordenada, hacer más ejercicio... También soy más expeditiva, desecho rápidamente lo que creo inútil o superfluo y sin embargo guardo mil cosas quizá inservibles porque forman parte de mi vida, cartas, fotos, regalos... ¿Qué somos, al fin y al cabo, sino el conjunto de todo lo que hemos vivido? Aún queda mucho viento en las velas, mucho camino por recorrer, a buen ritmo o con calma, con el alma experimentada pero limpia, abierta, franca. Así me siento yo hoy, ahora mismo, esperando que mi marido termine de hacer un arroz con bogavante que promete estar delicioso. Así acabaré el día: cenando con los míos paladeando un sabroso plato con un estupendo vino blanco. Brindaré por todos los que quiero.

11 comentarios:

sarah dijo...

Mi manera de cumplir años se asemeja mucho a la tuya, es una celebración de lo que hay en la vida de uno, en lo que le ha tocado y en la suerte de poder experimentar lo que es la vida, que en nuestro caso seguro que es una faceta mucho más amable de la que puedan tener otras personas.

Los dulces caseros, las tarjetas, las cosas hechas a mano, son detalles amables, humanos, ¿quién quiere un anillo carísimo ante semejantes riquezas?

Pasas desde ya mismo a la lista de mis tauros preferidos. Mi compañero cumplió los 46 el 27 de abril, llevo toda una vida viviendo con un tranquilo, sensato y apasionado tauro, ¿qué te voy a contar que tú no sepas?

Felicidades, Yolanda, celebro tus años contigo :))

Sarashina dijo...

Muchísimas felicidades, y que cumplas muchos, muchos más, así de pausada, de reflexiva, de sensata. Te llevo dos años de ventaja, así que tienes que hacer caso de las personas mayores: sé muy feliz, porque no pertenecemos a la muerte, sino a la vida. Eso te hace no tener miedo del tiempo.
Precioso detalle de tus chiquillos, se nota que te quieren y, por tanto, que tú los quieres a ellos, pues en la educación, como en la vida, eso tiene que ser mutuo, y si no, no es cierto.
Un abrazo

Elena dijo...

Con un poco de retraso, muchas felicidades por ese cumple!! Me ha encantado tu reflexión sobre el cumplir años, porque coincido contigo en casi todo. Yo llevo menos años dando clase, diez en total, y todavía sé que me queda mucho por aprender e intento cada día ser una mejor profesora. Cumplir años no es más que un privilegio, que muchas personas por desgracia no han podido o no podrán disfrutar. Y por eso hay que celebrar cada uno de ellos y vivirlos con la máxima intensidad.

Un saludo

Miguel dijo...

Felicidades Yolanda. Es bonito cumplir años. A mí, por lo menos, me gusta. Es un logro cada año que se cumple. No es un año menos, sino un año más. Y por lo que leo en tu post es toda una fiesta y reconociemtos por todos los lados.

Un abrazo.

Yolanda dijo...

Sarah, los tauro somos un valor seguro siempre. Nos tachan de cabezotas, pero somos sólidos y muy de fiar. Nos encantan los placeres de la buena vida, no necesariamente los lujos, por eso somos buenos compañeros de viaje. El mayor lujo es el cariño de los demás y no se vende en ningún sitio, se consigue día a día respondiendo de la misma manera.
Un abrazo.

Yolanda dijo...

Clares, los niños son sinceros, para lo bueno y para lo malo. No se les puede engañar. Perciben enseguida si eres sincera con ellos o no. Sigo aprendiendo de ellos, igual que sigo aprendiendo a vivir porque es una asignatura inacabable. Espero seguir disfrutando de muchos cumpleaños más, sean cuales sean mis condiciones.
Gracias por contestarme
Un abrazo.

Yolanda dijo...

Elena, mucha gente no le da importancia a los cumpleaños, yo lo aprovecho para hacer algo diferente, no porque el hecho en sí me importe demasiado. En cualquier momento un mal viento nos lleva y sólo nos queda lo vivido y el recuerdo que dejemos en los demás. Los que ya hemos sufrido la ausencia de seres queridos sabemos lo que vale su presencia mientras están con nosotros, un "pequeño detalle" al que no damos importancia hasta que los perdemos.
Sigue trabajando con ilusión, es la herramienta más útil.
Un abrazo.

Yolanda dijo...

Miguel, cada uno celebra los cumpleaños o cualquier otra festividad dependiendo de la importancia que le da. Es una forma de recordar que seguimos vivos, que tenemos seres queridos alrededor, que hay que disfrutar de la vida. No hay mejor maestro que los años, aunque muchos se lamenten de ello. Hay que ver el lado positivo de cada etapa.
Un abrazo, colega.

Joselu dijo...

Llego tarde. He pasado el puente de mayo en Francia. Hoy me he pasado por los blogs amigos y he encontrado tu entrada. ¡Qué maravilla! ¡Qué buen saber estar! Y que reflexiones más lúcidas sobre el tiempo, la vida y nuestra aceptación de la realidad. A mí por contra no me gusta celebrar nada mi cumpleaños, casi nadie sabe cuándo es y sólo mi mujer y mis hijas son conscientes de ello. Todo eso que me llevas en sabiduría y aceptación de ti misma. Emotivas las tarjetas y la felicitación de tus alumnos. Un abrazo, colega, y felicidades a destiempo.

Yolanda dijo...

Joselu, gracias por tu felicitación. Hiciste bien en aprovechar el puente para visitar otras tierras, te envidio por ello. Mis viajes siempre son más interiores. Me gusta mirar hacia dentro y tratar de construir una realidad agradable para mí y para lo demás. No creas que me acepto del todo, pero digamos que estoy en ello y soy más indulgente que hace un tiempo. Aún puedo seguir aprendiendo y mejorando y eso es buena señal. Una fecha tiene la importancia que le quieras dar, sólo es una excusa. Por ejemplo, yo recuerdo con especial dolor el día que mi hijo cumplió diez años porque precisamente en esa fecha yo tuve que partir rumbo a Canarias con los chavales de 8º. Nos despedimos llorando y aunque él ya no lo recuerda yo no lo he olvidado. Antepuse mi trabajo a mi hijo y me he preguntado muchas veces si mereció la pena. Es una de tantas experiencias que siguen haciéndome pensar.
Gracias por leerme, colega.

amalia dijo...

Hola Yolanda....de vez en cuando entro en tu blog y leo tus comentarios de libros, de cine, de cosas de la vida. Ya sé que tenemos mil cosas pendientes tu y yo pero, chica, he tenido muchos meses la cabeza "en otro sitio" y no tenía ganas ni de mirarme al ombligo.
Yo también celebro mis cumples a lo grande y más si son múltiplos de 5. Esos son mis preferidos!!! Así que cuando cumplí los 50, invité a todos a una gran "comilona". Disfruté como una enana, la verdad.....y con todo lo bueno que viví ese dia me quedo.
Es importante para mí celebrar años porque , por un lado se te caen más los "pellejos" (jeje) pero por el otro tienes más paciencia y más sapiencia.
Los nietos (tengo dos), son la bendición divina!!! Cuando los tengas me cuentas.
Yo tengo la suerte, o no, de cumplir años justo el dia antes de empezar las clases en septiembre con niños y por eso no puedo disfrutar, como tú, de esos momentos que te proporcionan los alumnos. Me alegro de que los hayas disfrutado.
Tenemos muchas cosas pendientes y siempre hago examen de conciencia cada vez que leo tu blog y pienso en que tendríamos que vernos.
En fin...........seguro que algún día tomaremos ese "cafelito" o veremos juntas esa "películita".
Hasta entonces wapa( guapa en castellano)mil besos atrasados!!!!