
Decir colegio es decir amigos, cartera, libros, juegos, recreo... Es un timbre que llama unas veces y otras suena a liberación, a vacaciones. Es un alboroto, un fondo de risas, de voces infantiles. Es un trajín continuo, excursiones, actividades mil. Es un despertar a la vida, un aprender excitante, un descubrimiento tras otro. Es la amistad inolvidable, las primeras lecturas, los primeros amores. Es el disfrute junto al Mediterráneo, volar sobre las olas en un catamarán, remar en piragua, sudar sobre una bici, manejar un kart, patinar, aprender las normas del deporte, avanzar en el conocimiento. Es conocer manos amigas que te guían y te aconsejan, te reprenden y te alaban. Es perder un jersey, ganar una medalla, participar en un cross. Es nadar, saltar, manejar un ordenador. Es leer en silencio, escribir con cuidado, aprender a respetar. Es multiplicar, conjugar, descubrir.
Vosotros habéis pasado aquí muchos días de vuestras jóvenes vidas. Estas paredes y estos patios guardan el recuerdo de vuestras voces y de vuestros juegos. Aquí habéis crecido y madurado, habéis jugado en la arena y bajo la encina, habéis encestado y metido muchos goles. Ahora os toca iniciar una nueva etapa. La vida os espera. Id a por ella. Llevad vuestra fuerza y vuestra ilusión a otras aulas. seguid con los ojos bien abiertos y el corazón dispuesto para conocer nuevas personas y nuevos horizontes, pero mantened en vuestro recuerdo el tiempo pasado en el "Santiago Apóstol" porque para muchos de vosotros fue el lugar de vuestros primeros pasos escolares y eso nunca se olvida. Aquí habéis sentado las bases de vuestra formación. En estas aulas aprendisteis la mayoría de vosotros las primeras letras de la mano de unos profesores entusiastas y entregados a su labor, la de educaros y enseñaros. Los cimientos de vuestra vida estudiantil y buena parte de vuestra personalidad están aquí. Y hoy recibís el premio a vuestro esfuerzo.
Recordad en este día no sólo a vuestros más recientes profesores, sino a todos los que os han ido guiando durante todos estos años con paciencia, dedicación y cariño. Todos hemos puesto en vosotros nuestra buena voluntad y nuestro deseo de ayudaros a ser mejores cada día, no sólo mejores estudiantes sino, sobre todo, mejores personas: tolerantes, buenos compañeros, sinceros y leales. Hemos querido despertar en vosotros esa curiosidad que nunca debéis saciar. Sois muy jóvenes y muy fuertes, una mina cuya riqueza debéis aprovechar. No os canséis nunca de aprender, de ver, de viajar, de leer, de conocer gente, de querer a los demás. Dad cariño y recibiréis cariño. Dad comprensión y seréis comprendidos.
Todos tenéis una energía inagotable y todos lleváis la vida en vuestra mirada. Os merecéis triunfar y ser felices. Un beso muy fuerte.
El martes celebramos la Graduación de los alumnos de Infantil y de 6º de Primaria. Suponen un trabajo considerable para preparar las actuaciones, las palabras de despedida, el escenario... Todo salió bien gracias a la labor de no pocas manos entusiastas. Un baile de pocos minutos lleva consigo horas de ensayo robadas a otras clases. Yo leí la carta que abre este post, aunque me temo que no todos me escucharon como era deseable. Algunos alumnos también leyeron sus palabras de recuerdo y agradecimiento. Los padres alaban el resultado final y todos se van con buen sabor de boca.
Yo hice con los míos un último trabajo de tutoría consistente en sentarnos en círculo y decir cosas agradables de los demás, de forma voluntaria. Todos se dedicaron palabras cariñosas y acabaron llorando. Nadie quería irse. Les dije que es mucho mejor irse así, con pena por la despedida, que marcharse sin emoción ninguna, como quien sale del Metro. Fue bonito y emotivo.Nos regalaron centros de plantas, pañuelos, una pluma, bombones... obsequios varios que guardaremos con cariño. Otra promoción que se va. Ya estamos preparándonos para recibir a la siguiente. Hay que recoger las clases (una pesadez insoportable, qué cantidad de libros y papeles...) Ayer fuimos de excursión a La Pedriza (os adjunto una foto de la Charca Verde, en cuyas heladas aguas se bañaron algunos valientes) y después comimos un cordero exquisito en Los Molinos entre risas y buen ambiente. Hoy hemos tenido el último claustro y la comida final, con actuaciones de los más nuevos tras los postres. Todo estupendo y entrañable. Nos merecemos las vacaciones, sin duda, pero, lo que son las cosas, a mí me da un bajón al llegar estas fechas. Supongo que descargar de repente toda la tensión acumulada precisa un tiempo de acomodación. Pasados unos días, cuando empiezo a relajarme y descansar, comienzo por fin a disfrutar del verano, que se anuncia muy caluroso, pero a saber, cualquiera se fía de los pronósticos.
Quiero leer, dormir, pasear, cuidarme, hacer visitas culturales (Madrid no descansa, por suerte)... La semana pasada fui a ver con unos colegas La venganza de Don Mendo, en una estupenda adaptación de Tricicle que cuida al máximo los detalles jocosos sin desvirtuar la obra original, que mantiene la frescura y el ingenio de cuando se estrenó hace casi un siglo, que se dice pronto. Cuánto me gusta el teatro... Lástima que este año haya bajado tanto la producción en los teatros pequeños por la dichosa crisis. Cuando llegan las vacas flacas se empieza por recortar lo que se considera innecesario y superfluo, y la cultura lo es para muchos que manejan las arcas. Lo sabemos y lo sufrimos, pero no podemos hacer nada por evitarlo.
Descansad todo lo que podáis. Feliz fin de semana.