martes, 6 de octubre de 2009

MARIPOSA JUGUETONA

Estoy afónica desde el viernes, afectada al parecer por un virus en las cuerdas vocales, así que me encuentro de baja hasta el jueves. Me siento mal cuando falto al colegio porque han de sustituirme mis compañeros y los chavales se sienten muy perdidos pasando por tantas manos, pero qué le vamos a hacer, estas cosas pasan y son imprevisibles. Estoy aprovechando para preparar temas y ponerme al día en varios asuntos, entre ellos actualizar el blog, pero, como veis al margen, tengo poco éxito. Tendré que pedir ayuda a algún entendido para deshacer este desaguisado.
Ya veo que somos muchos los preocupados por la enseñanza, leo comentarios de todo tipo y compruebo que abunda el desaliento, no sin motivo, desde luego. Somos blanco de muchas críticas y recibimos poco apoyo. Me temo que cualquier cosa que añada será poco original y no quiero repetir lo ya dicho. Así que para cambiar de tercio (esta semana no he ido al cine, y bien que lo siento) os ofrezco el poemilla que escribí para dar la bienvenida a los chavales con unas mariposas preciosas, diseño de mi colega Mercedes, que es una manitas para estos asuntos. Yo aporto mi intención literaria, aunque la poesía no es precisamente mi fuerte, como podéis comprobar. Espero que perdonéis mi osadía.
MARIPOSA JUGUETONA
Mariposa juguetona,
brillan tus alas al sol,
despiertas por la mañana
y alegras mi corazón.
Te escondes, huyes,
llena de vida y de luz,
viajera, temblorosa,
quiero volar como tú.
Nos adornas los paisajes,
blanca como espuma de nubes,
o violeta, sonrosada,
y ligera subes y subes.
Aspiras del campo el aroma,
sientes la brisa del mar,
danzas entretenida
en el azul primaveral.
Mariposa nacarada,
siempre amiga de las flores,
sencilla, dulce, gentil,
con ellas compartes colores.
Tocando apenas las hojas
bailas siempre de puntillas
y se ríen, tan contentas,
porque les haces cosquillas.
Quiero tocar tus alitas,
si me acerco alzas el vuelo,
y te escapas, fugitiva,
por querer tocar el cielo.
Amiga de ruiseñores,
bailarina silenciosa,
bebes gotas de rocío
siempre inquieta y hermosa.
Eres el broche del bosque,
duermes al atardecer,
simbolizas la alegría,
nunca te dejas coger.
Eres nácar azulado,
llenas de color los sueños,
y como ellos te vas
y te escapas de mis dedos.
Déjame guardar tu aleteo,
conservar esta sonrisa,
jugar por el aire, libre,
y esperar que vuelvas con la brisa.
YOLANDA BELLOD GIMÉNEZ

11 comentarios:

Joselu dijo...

Un poema delicado, sugerente, sentimental que me hace sentir la maestra que debes de ser llena de ternura hacia los chavales, de ternura y de magia. ¡Ah, la magia! ¿Dónde se compra? ¿Cómo se pierde? ¿Qué pasa en medio? Espero que mejores de tu afonía. Sé lo que te gusta dar clase y estos días los muchachos sin ti deben ser una espera irritante. Por ti, por ellos, por la profesión. Ojalá todo te vaya muy bien.

Sarashina dijo...

Hola, Yolanda. Paso a desearte que te recuperes pronto y vuelvas a tu estupenda tarea de enseñar, pero mientras tanto, disfruta también de estos días de silencio -obligado- y de descanso. Ya sabes que el cuerpo tiene sus razones y hay que respetar sus mandatos.
La poesía que nos propones es muy tierna.
Cuídate, colega. Un abrazo

Monica dijo...

Lo primero de todo es que te deseo la mejora lo antes posible y lo segundo es decirte que el poema es muy bonito y muy tierno. Un besito Lola
Aunque firme Monica soy Lola
http://boheme.zruspas.org

Yolanda dijo...

Joselu, siempre estás ahí, qué gusto contar contigo... Tú siempre hablas de temas más trascendentes que yo, es que me preocupan más los asuntos que me tocan más de cerca, y en este momento, aparte de mejorar de mi afonía (mañana vuelvo al cole, aunque no con plenas facultades, lo que me tiene más ocupada es enfrentarme a las matemáticas. Qué le vamos a hacer, cada uno dedica sus fuerzas y su tiempo a lo que siente más necesario. Yo intento poner mi granito de arena en el actual desolador panorama educativo trabajando día a día lo mejor que puedo, porque si pienso en los despropósitos que nos caen por todos lados no haría más que deprimirme, y no me lo puedo permitir, mis alumnos no se lo merecen.
Un abrazo, colega.

Yolanda dijo...

Clares, gracias por leerme. Ya estoy mejor, aunque no bien del todo. He aprovechado para dedicarme más a mi casa y hoy he hecho pudding de limón y bizcocho de chocolate. Cada uno emplea su tiempo como puede o quiere, y a mí me gusta cocinar, ya ves.
Un abrazo, colega.

Yolanda dijo...

Lola, qué indulgente y generosa eres con mis dotes poéticas. Ya sabes lo que decía Cervantes: "Yo que siempre trabajo y me desvelo/ por parecer que tengo de poeta/ la gracia que no quiso darme el cielo."
Te visitaré en tu sitio. Un saludo.

Miguel dijo...

El poema que nos propones es un poema feliz. Tierno, delicado, con un cierto aire infantil. Un poema sin grandes pretensiones, pero con grandes logros, pues has sido capaz a través de sus versos, de despertar en mí entrañables sentimientos.
Por otra parte, querida colega, deseo que te recuperes pronto y que cuides esa voz, pues ya sabes, es fundamental para nuestra profesión. Comprendo tu desazón (a mí me pasa igual) cuando por una u otra causa no podemos acudir a clase. Y es que somos en el fondo un poco celosos de nuestro trabajo. Y eso es bueno ¿no?

Un abrazo.

Yolanda dijo...

Miguel, faltar tres días ha supuesto retrasar bastante mi trabajo, pero qué le vamos a hacer... A estas alturas de curso no es importante perder algunos días, pero tarde o temprano vienen las prisas y los agobios.
Mi poema es sencillo, sólo buscaba empezar el curso con algo bonito y optimista. Creo que hay que proporcionar a los niños textos bellos, agradables, con un lenguaje sencillo pero cuidado, y la poesía es un excelente vehículo para ello. La sensibilidad hay que trabajarla, no se aprende sin ejemplos adecuados.
Feliz largo fin de semana, colega.

Capitán Clostridium dijo...

Que te mejores, es lo que tiene el hablar (y tener que gritar) tanto.

Thornton dijo...

Yolanda tu poema me ha gustado mucho, utilizas palabras muy bellas. Me parece de un gusto exquisito recibir a los alumnos de esa manera. Qué envidia.
Guy de Maupassant escribe en El Horla: ¿Y la mariposa? ¡Una flor que vuela!
Imagino que conocerás el poema Sinestesia, de Ángel González. Aquí la mariposa también sale bien parada. Un saludo.

Thornton dijo...

En adelante firmaré: THORNTON