jueves, 8 de julio de 2010

MADRES E HIJAS

Llevo días intentando escribir en el blog, pero no hay manera, la conexión va lentísima, como si se contagiara del tremendo calor que nos acosa, y no me deja insertar las imágenes que deseo. Al final he conseguido poner ésta, que no tiene nada que ver con la película que deseo comentar, Madres e hijas. El panorama cinematográfico veraniego es penoso, como sabéis, y este año más, con la enorme competencia del fútbol. El pasado fin de semana fue para llorar, según los distribuidores. Cuando por fin acabe el Mundial quizá mejoren las cosas.
Fiel a mi costumbre, venciendo la pereza que me da el calor, fui a ver esta maravilla de Rodrigo García, hijo de Gabriel García Márquez. Cuenta la historia de tres mujeres cuyas vidas acaban cruzándose teniendo en común la maternidad vista de modos diferentes. Los actores son sensacionales. Annette Bening está increíble dando vida a Karen, que se vio obligada por su madre a dar en adopción a su hija porque la tuvo con catorce años. Es una mujer difícil, amargada por ese recuerdo. Nunca olvidó a su hija, a la que no conoció. Le escribe cartas, imagina cómo es, cómo se llamará, le guarda regalos de cumpleaños... La relación con su madre, ya mayor y casi impedida, no es fácil. Llega a conocerla mejor cuando muere gracias a la asistenta, a quien contó cosas que ella ignora. Encuentra el amor inesperadamente en Paco (Jimmy Smits), un nuevo compañero de trabajo que le ofrece comprensión, estabilidad y cariño.
Su hija se llama Elizabeth (magnífica Naomi Watts), es una abogada de éxito de 36 años que perdió a su padre adoptivo y apenas tiene contacto con su madre de adopción. No sabe o no puede establecer relaciones personales sólidas y duraderas. Aguanta poco tiempo en cada trabajo, no quiere echar raíces. Inicia una aventura con Paul (sobrio y expresivo Samuel L. Jackson, sensacional), su jefe, viudo y con hijos mayores, pero deciden acabarla por miedo al exceso de compromiso, aunque él está dispuesto a hacerse cargo del hijo que ella espera si es suyo, algo que ella no le aclara porque también ha tenido relaciones con un vecino casado por el simple afán de aventura y placer sexual.
Lucy quiere ser madre a toda costa, pero al no poder serlo por vía natural decide embarcarse en el proceso de adopción con su marido. Van a adoptar al hijo de una muchacha de veinte años, hija de una madre soltera. El marido tiene muchas dudas y finalmente se separan porque él desea un hijo propio, no adoptado, pero ella sigue adelante con su idea. Cuando tiene finalmente al bebé no es el esperado (no cuento más por si la veis) pero aprende que ser madre es difícil, que la criatura absorbe todo su tiempo y no deja espacio para casi nada más, es exigente y acaparador. Cualquier madre sabe lo que es eso.
La película está llena de detalles bonitos y otros duros, no es edulcorada pero es realista y tierna. Se entrecruzan varias vidas de hombres y mujeres, sobre todo mujeres, con el tema común de la maternidad vista desde diferentes ángulos. La sensibilidad del director, también autor del guión, es exquisita. Mima las historias, las entrelaza sin forzarlas, las resuelve con naturalidad. Es un excelente tratado sobre la mujer y sobre la maternidad que interesará también a los hombres.
Se ha escrito y dicho tanto sobre la figura de la madre... La relación materno-filial no suele ser fácil. Todos conocemos casos de madres absorbentes, acaparadoras, dominantes, causantes de no pocos problemas en sus hijos, pero también de lo contrario, madres entregadas, cariñosas, abiertas, que enseñan a los hijos a volar y a crecer en libertad. Las consultas de psicólogos y psiquiatras están llenas de hijos que arrastran serios problemas con sus progenitores. Yo fui (o soy) una de ellas y doy fe de lo difícil que es aclarar esa maraña de sentimientos contradictorios y solucionar la relación amor-odio que se establece entre padres e hijos. Hablar de ello me llevaría muchas páginas. Me costó asistir a varios grupos de terapia, en los que aprendí muchísimo, pero finalmente llegué a la raíz del asunto y pude entender muchas cosas. Y es que la familia, esa institución tan sacralizada por algunos, se convierte en demasiadas ocasiones en un nido de víboras, en una lucha de intereses y de poder, incluso en una tumba porque los sucesos más terribles a veces se desarrollan en el hogar. Ese nudo primigenio no siempre es idílico ni acogedor. Los maestros conocemos cantidad de casos de padres ineptos, desentendidos, malos educadores por exceso o por defecto, y también de lo contrario, claro.
Supongo que siempre se ha dicho que la familia está en crisis, no es nada nuevo. Los partidarios a ultranza de la familia tradicional ven el aborto, el divorcio, el matrimonio entre homosexuales, la reproducción asistida, la píldora, el preservativo, la maternidad o paternidad en soledad y otros hechos "modernos" como enemigos peligrosos que van a acabar con ella. Yo no lo veo así. Conozco casos de familias tradicionales desastrosas y de familias "diferentes" felices y estupendas. Hasta hace no muchos años ser madre soltera, por ejemplo, era un terrible deshonor, aparte de un pecado mortal, y hoy es una opción tan válida como otra cualquiera. Ser buena madre no está garantizado por un papel, un sacramento o un apellido. Requiere cariño y paciencia, sobre todo, buenas dosis de entrega y de sentido común, de generosidad y de alegría. Yo sólo tengo un hijo, estupendo, eso sí; me habría encantado tener más, pero la Naturaleza no estaba por la labor, qué le vamos a hacer. Ya tiene 23 años, que se me han pasado en un vuelo. Disfruté muchísimo de él cuando era bebé, cuando le llevaba al parque, cuando montábamos juntos en bici, en las cabalgatas de Reyes, viendo las películas de Disney, asistiendo a sus progresos en los estudios... No me he perdido nada. Odio a esas madres que tienen dos hijos y dicen que les sobra uno y medio, o las que se lamentan continuamente del tiempo que, según ellas, les roban sus hijos porque no pueden ir al cine, salir por la noche o gastar lo que les apetece. ¿Para qué tienen hijos entonces? Un hijo te cambia la vida, debe cambiártela, pero no es un castigo ni una cruz. Es una obligación, sí, pero no una castración. Compaginar hoy trabajo y maternidad es una heroicidad, pero no significa desentenderse ni abandonar a las criaturas.
El tema, como veis, da para mucho. Cada uno tiene su experiencia y su visión. Yo os recomiendo ver la película porque es cine del bueno y porque hace sentir y pensar. Está llena de detalles que no deben pasar desapercibidos. Al fin y al cabo, todos somos hijos y seguramente padres, así que nada de lo que en ella se refleja nos es ajeno.
Id al cine, siempre hay buenas opciones y las salas están fresquitas (a veces demasiado). Felices vacaciones a todos.

18 comentarios:

caperucitazul dijo...

Vi hace años "Cosas que diría con sólo mirarla", de Rodrigo García, y me gustó bastante. Así que creo que también iré a ver esta, porque tal y como está el panorama cinematográfico estival, es de agradecer que se proyecten películas así. Un saludo y feliz verano.

Joselu dijo...

Llevo semanas desconectado del cine. Nos es difícil encontrar unas horas para hacerlo y en la televisión me cansa. Apenas la veo o, mejor dicho, no la veo nada. Podría vivir sin televisión y me gustaría, pero mis hijas ni mi mujer pensarían lo mismo. Las madres...¡Vaya tema! Hay una película que me gusta mucho que es Sonata de otoño de Inmar Bergman en que se muestran los terribles conflictos sin resolver entre una madre y una hija. Seguro que la has visto. Prefiero no opinar sobre el tema. Algún día escribiré un libro sobre la relación de un hijo con su madre, entonces me explayaré buscando todos los ángulos del asunto. No sé si decir que es un tema fascinante o no. Simplemente es. Y suerte para los que han tenido una madre que pueden recordar con ternura. Supongo que es una de esas cosas que te acompañan toda la vida.

Me ha alegrado ver tu publicación. No sé si desconectar ya o escribir algún post nuevo, pero realmente este es tiempo de desconexión, de ocio, de paseos, de lecturas (aunque leo más durante el curso).

Espero que pases un buen verano. Seguimos en contacto y cuando te vayas de vacaciones espero que sean tan geniales como las de otros años. Volveremos en septiembre llenos de ideas.

Un abrazo, colega.

Fernando Manero dijo...

Haces bien en aliviar la canicula y la presión futbolera sumergiéndote en la magia del cine. El problema es que no es ésta la mejor época para deleitarse con grandes obras, que, por otro lado, también son excepcionales en esta época de efectos lumínicos y guiones insulsos. Pero no cabe duda que, dentro de lo que hay, sabes elegir. Y eliges bien. Menudo tema, menudos actores, menudo guión. Una vez más demuestras, con tu sensibilidad, tu enorme capacidad para sintetizar lo que ves y transmitirlo con maestría y buen gusto. Gracias por el esfuerzo y por la brillantez de las ideas. No es un tema fácil, desde luego. Los conflictos afloran a menudo en esas relaciones, en las que se despliegan los múltiples recovecos y sutilezas de la personalidad. Un fuerte abrazo

Yolanda dijo...

Caperucitazul, ve a ver la peli, te gustará. Es de una belleza poco común, algo muy de agradecer en estos tiempos tan secos y duros. Venden más otros productos, pero no suelen interesarme.
Un saludo.

Yolanda dijo...

Joselu, me gustan las películas, tanto en el cine como en la tele. Ahora recurren a las antiguas para llenar las largas veladas estivales por poco dinero, así que de vez en cuando veo alguna joyita. En cine ponen de vez en cuando productos aceptables, pero hay que saber buscarlos.
Sé que he visto "Sonata de otoño", pero apenas la recuerdo, lamentablemente. Me acuerdo más de "La luna", de Bertolucci, que trataba un tema muy delicado en la relación madre-hijo. Y es que hablar de la madre da para mucho, y no siempre agradable, al menos en mi caso.
Escribiré en blog si siento que tengo algo interesante que contar. El calor me deja muy aplanada y si me faltan estímulos me cuesta encontrar ideas. Me cunde mucho el tiempo para leer bastante, una gozada, durante el curso no puedo hacerlo y lo lamento. Me gusta la lentitud del verano, la calma, la falta de horarios. Septiembre llega pronto y hay que afrontarlo con el depósito lleno.
Un fuerte abrazo, colega.

Yolanda dijo...

Fernando, la oferta cinematográfica es muy amplia, pero calidad y cantidad no suelen ir unidas, por eso hay que informarse para saber elegir. A veces caigo en la tentación de ver algo muy comercial, depende de mi estado de ánimo, pero suelo preferir las películas menos llamativas y publicitadas, como sabéis los que soléis leerme. Disfruto con una buena película y me gusta compartirlo.
Hablar de la madre es hablar de la vida, y no siempre resulta fácil. Es una figura determinante cuya sombra resulta a veces muy alargada. Quizá algún día le dedique algún post.
Un abrazo.

sarah dijo...

Yolanda, tu entrada ha estado brillante.

Me ha llamado la atención esta película tras verla anunciada en las vallas de mi ciudad, con tus comentarios te puedo asegurar que una tarde de estas me encerraré en el fresquito del cine para verla.

Me he sentido muy cercana a tus reflexiones. Yo también tengo tan solo uno (de casi 15 años). Primero no quise ser madre, luego vino Gabriel y me cautivó. Me enamoró la maternidad y quise tener un segundo hijo, pero como tú, la naturaleza tenía otras intenciones y no vino. Con un solo hijo he vivido todo lo bueno y lo malo de la maternidad, sus grandezas, sus miserias.

Creo que soy una madre muy consciente de mis limitaciones, muy consciente y muy a su lado. Su existencia ha puesto a prueba la mía, mis actos, ha hecho tambalear mis ideas como mujer y ser humano. Con la edad que tiene ahora, los próximos años a su lado presumo que serán intensos.

Tu eres maestra, yo llevo un año trabajando con psicólogos y psiquiatras infantiles y me hago cruces de las cosas que veo, de las que adivino que ves tú.

En fin, que estaríamos horas y horas charlando sobre este tema.

Un abrazo. Somos mujeres, luego en parte, espíritus afines :)

Cabopá dijo...

Ay Yolanda,siempre recojo tus sugerencias y me la apunto para la vuelta,aunque no se yo si estará...
Como sabes estoy en la playa,y los cines aquí tambien han desaparecido..están en grandes locales comerciales no cerca del pueblo...Recuerdo de jovencita como ibámos a con el bocadillo de tortilla francesa y las aquellas bolsas gigantes de pipas,saliamos del cine secas de tanta sal,como si la del mar no fuera suficiente...¡Qué tiempos y qué pelis..!
Ahora en el patio de casa de mi madre con los jazmines, la lectura y el blog,adémás de otra tareas incluidas en el lote, paso el verano, mi madre ha cumplido hoy 89 años y está con la cabeza mejor que yo.....
Besicos salados desde el Mar Menor.

Miguel dijo...

La labor de padre/madre es algo excelso, y que por desgracia, no todos/as están a la altura de su alta misión. No sé si estaría bien lo de las escuelas de padres/madres para enseñarles a educar a su prole. Lo cierto es que a veces esta labor se toma con demasiada frivolidad. Como si un hijo se educara solo, o en la escuela solamente.

Un berso y felices vacaciones.

Lola dijo...

Me has tocado Yolanda. Para mí, mis hijos es el mayor regalo que me ha hecho la vida. Moriría y mataría por ellos.
Iré a ver esa peli o me la bajaré o lo que sea pero la veré.
Gracias por tu bonita entrada y un beso. Lola

Novicia Dalila dijo...

Tengo que verla. Me la apunto, Yolanda.

Yo tengo dos hijos y me he perdido muchas cosas de su infancia. Mi horario, o más bien mi trabajo en una empresa privada me privó, nunca mejor dicho, de ver muchas cosas que hacían en el cole y a las que nunca pude asistir. Intento siempre estar cerca de ellos y saber en qué punto están. No agobio, pero marco. O eso creo yo. Si les pierdes de vista corres el peligro de llevarte una sorpresa el día menos pensado...

Un tema que me apasiona, la verdad.

Un beso fuerte, Yolanda, y sigue disfrutando de tus vacaciones :D

Rosa Cáceres dijo...

Intersantes reflexiones después de la interpretación de la película vista.
El tema da para mucho. Por eso, mejor soslayarlo. Yo me conformo con ver videos de cine, que el cine de verano(que lo tengo cerca de casa) tiene unas sillas que parecen potros de tortura jajaja y pasa todo el mundo con un cojín debajo del brazo.

Yolanda dijo...

Sarah, es difícil ser madre, hoy más que nunca. Todos andamos medio perdidos y así es difícil orientar a otros, aunque sea alguien muy cercano. Los horarios laborales no ayudan en absoluto, y el tiempo pasa demasiado deprisa, un día tienes un bebé en los brazos y al siguiente ya es un adolescente con bigote y granos. Encauzar su vida no es sencillo y la preocupación nos corroe. Pese a todo, con paciencia, cariño y sentido común se solventan casi todos los problemas. Muchos de los padres con los que trato están muy desorientados, y lo pagan los hijos, como siempre. Entre todos podemos buscar soluciones, pero no todos las aceptan ni las piden. Lástima.
Un beso.

Yolanda dijo...

Cabopá, te imagino feliz y relajada junto a "tu" mar. Las noches estivales son perfectas para ver buen cine, pero no siempre está al alcance. Es cierto que en la tele ponen joyitas, menos mal, y los cines de verano son un buen recurso, con o sin pipas (¡dejábamos todo perdido!). En muchos sitios los hay. Yo sigo yendo a las salas, pero caray con los precios...
La otra noche vi "Buda explotó por vergüenza", que no pude ver en cine. A ver si puedo comentarla despacio.
Disfruta del verano con tu madre. La mía murió hace cinco años y sigue siendo una presencia en mi vida.
Un beso.

Yolanda dijo...

Novi, es difícil estar al tanto de la vida de los hijos. Suelen ser muy celosos de su intimidad y no todos son abiertos y comunicativos. Claro que hay que recordar cómo éramos nosotras también... Es una pena perderse etapas, desde luego, pero las circunstancias mandan. Con todo, creo que si hay cariño se acortan muchas distancias. Eso siempre queda y da su fruto, te lo aseguro.
Un beso.

Yolanda dijo...

Miguel, qué te voy a contar sobre padres ineptos o equivocados... No sé por qué hay tantos desastres, con lo poco que cuesta pedir ayuda y buscar una salida. Yo sigo sufriendo por muchos casos, y no debería hacerlo porque mi papel es mucho más concreto y limitado, pero, como dices, los padres delegan cada vez más en nosotros la labor de educar (no sólo instruir), lo malo es que no tenemos los medios para ello porque no podemos adoptar medidas que exceden de nuestro trabajo, menuda contradicción... Sabemos que los chavales hoy no "maman" en casa los buenos modales, el respeto y el interés por el estudio y el esfuerzo que nos inculcaron a nosotros, por eso debemos cubrir ese hueco que cada vez es mayor. Hay quien no lo ve así, claro. En fin, largo tema con el calor que hace...
Un abrazo, colega.

Yolanda dijo...

Rosa, ojalá puedas ver la peli, seguro que te gusta. Disfruta del cine de verano si puedes, aunque sea con la ayuda de un cojín... En vacaciones todo se soporta mejor, hasta la dureza del asiento...
Un beso.

Malén dijo...

Hola Yolanda! Me encantó esta película tanto como lasanteriores de su director. Me han gustado tb. este verano "Mujeres en El Cairo" y "Mis tardes con Margueritte", esta última , muy tierna,pienso que es interesante verla con los alumnos, ya que se valora mucho el placerde la lectura. Feliz inicio de curso.