domingo, 1 de noviembre de 2009

DÍA DE DIFUNTOS... Y RÉQUIEM POR LA ENSEÑANZA PÚBLICA

He tenido una semana muy cargada en todos los sentidos, sobre todo en el colegio. Los padres están acostumbrados a acercarse a nosotros al entrar o al salir, sin esperar a la hora reglamentaria de tutoría: que si mi niño está malito y no puede venir, que tenga usted el papel que mandó, que cómo va mi niña... Si pudiéramos, escribiríamos una novela con cada caso. Nunca sabemos de qué vamos a enterarnos al llegar. Esta semana nuestra sorpresa ha sido mayúscula al comprobar que nos han adjudicdo una alumna nueva en 6º procedente del IES cercano. Sí, habéis leído bien: empezó el curso en 1º de ESO, después de cursar "de aquella manera" 6º en un centro concertado. No aprobó, pero al irse del centro le "regalaron" la promoción. Había estado varios años en el extranjero y su nivel de conocimientos, incluida la lengua española, es penoso. Su madre no estuvo de acuerdo con el cambio de etapa, pero, por cuestiones que aún desconozco, tuvo que remover Roma con Santiago hasta conseguir que el Inspector Jefe autorizara el traslado a nuestro colegio. Así que ahí está la criatura, afrontando por segunda vez en dos meses escasos un nuevo centro, nuevos profesores, nuevos compañeros, nuevo material... Le mandé escribir una redacción sobre ella, sus gustos, sus mascotas... para hacerme una idea de su capacidad de expresión. Escribió diez líneas escasas y le pregunté cuántos años tenía. "Doce", me contestó. "¿Y no escribes ni una línea por año? Anda, cuéntame algo más." Así que a ver qué hacemos con ella. A veces tengo la sensación de que los centros públicos somos la casa de tócame Roque. Si no fuera por nosotros estos casos, y tantos otros, no tendrían solución. ¿Es razonable lo ocurrido con esta niña? Pues no, y lo malo es que a nosotros nos fríen con papeles, programaciones, competencias, estadísticas... y para qué, digo yo, si cada dos por tres hay que modificarlo todo. Qué falta de seriedad... En qué manos estamos...
Mucho peor es lo ocurrido en el IES de Brunete. Hace poco más de una semana les obligaron a reducir a uno los Bachilleratos de Humanidades y Sociales, eliminaron los desdobles y los apoyos y se llevaron a tres profesores recién contratados, que han vuelto a engrosar las listas del paro porque hay que reducir gastos. ¡Y no pasa "ná"! Ésta es la política educativa de la Comunidad de Madrid, la que gestiona la inefable Esperanza con mano férrea, la que pelea con su "jefe" de filas por el control de Cajamadrid mientras presume de liberal. ¿Tantos millones de madrileños están ciegos? ¿No ven cómo se privatiza la sanidad y la educación para beneficiar a los listos de turno? ¿Qué hacen los sindicatos?
Precisamente el otro día hablé con un par de sus representantes. No siento simpatía por ellos en general, lo reconozco. Creo, como muchos, que son unos "renegados de la tiza" que, salvo excepciones, no nos representan ni nos defienden. Son la otra cara del poder. Me contaron, entre otras cosas, que ahora tienen entre manos el caso de una profesora de ESO denunciada por unos padres y dejada a su suerte por el Equipo Directivo correspondiente. Resulta que pilló copiando a una alumna en los exámenes de septiembre, le quitó la chuleta y la suspendió, claro. El papá de la criatura fue a protestar, faltaría más, y además la denunció por "intromisión en la intimidad de su hija" (?) porque la chuleta en cuestión estaba en su estuche y la profesora, evidentemente, la sacó de ahí. Para colmo, el asunto llegó a la Inspección, que le pidió la programación y todos los papeles imaginables. Al no constar en ningún sitio que copiar en un examen era motivo de suspenso (?), la profesora se encontró en una situación de total indefensión, por lo que recurrió al sindicato. Y en ésas andan, a ver cómo sale de este atolladero la compañera. Nunca había oído un caso semejante, y eso que yo también he pasado por situaciones cuando menos insólitas.
También me contaron, como caso divertido, para compensar, que en un colegio de Madrid con un alto porcentaje de inmigrantes pasó la Secretaria por las clases para rellenar esas prolijas estadísticas que tanto gustan a la Administración. En una de ellas notó que un alumno con claros rasgos sudamericanos no levantó la mano al ser preguntado: "¿De dónde eres?". "De Perú". "¿Y por qué no levantas la mano?" "¡Es que no tengo papeles!", respondió, asustado. Supongo que pocos pueden llegar a entender la respuesta del muchacho, ni llegar a imaginar su pánico ante ciertas situaciones. Muchos como él están escolarizados, sí, con suerte, pero arrastran una historia familiar normalmente sangrante y la amenaza de la expulsión siempre está ahí.
Para rematar la semana, el viernes celebramos (más bien celebraron, yo me quedé en mi clase corrigiendo porque mis alumnos estaban de excursión) el dichoso Halloween con disfraces de monstruos varios y desfile de calabazas elaboradas por los propios alumnos a instancias de las profes de Inglés. Todo muy americano, para eso somos un centro bilingüe. Es una batalla perdida. Yo temo esta fecha, ya lo comenté el año pasado. Nunca me libro de las pandas de gamberros que no saben divertirse sin hacer daño, sea el motivo que sea. Anoche vi pasar algunas de estas bárbaras hordas con máscaras y disfraces que sin molestarse en llamar siquiera al timbre tiraron directamente tres huevos, por lo menos, a la fachada de mi casa. Otros vecinos tuvieron peor suerte, si cabe: quitar huevo reseco de la carrocería de los coches es harto difícil, alguno incluso tenía la ventanilla bajada y la tarea se extiende a la tapicería. Viva la globalidad, sí, señor, si la entendiéramos bien...
A pesar de todo tuve un rato para releer "Don Juan Tenorio", que siempre es un placer, y hoy he dedicado buena parte de la tarde a elaborar huesos de San Expedito para que mañana los saboreen mis colegas. Hay que mantener las tradiciones españolas, tan ricas en todos los sentidos.
Para terminar, os contaré una auténtica anécdota de Noche de Difuntos vivida por una colega a la edad de doce años, más o menos. Es de un pequeño pueblo de Segovia, y tal noche como ésta que nos ocupa, fría y ventosa, volvía a casa acompañada por unas amigas cuando vieron venir por la carretera dos fantasmas blancos y resplandecientes agitados por el viento en plena oscuridad. Corrieron a sus casas, invadidas por el pánico, claro está. Al día siguiente supieron la verdad de lo ocurrido: una vecina fue a recoger unas sábanas que tenía tendidas en el huerto, temiendo que se las llevara el viento, y como estaban tiesas por el frío tuvo que llevarlas sujetándolas una con cada mano, por lo que vistas desde lejos parecían dos auténticos fantasmas. Es de imaginar el susto de las pobres niñas al ver cobrar vida a unos simples trozos de tela.
Vuelvo a recomendaros el artículo de Pérez Reverte titulado "Sus muertos más frescos". Y también es buena ocasión para releer "El miedo", magistral relato de Valle-Inclán. Nada saben de esta inteligente sutileza los guionistas de esas películas de supuesto terror llenas de sangre y vísceras, historias insustanciales trufadas de gritos histéricos y situaciones esperpénticas (en el peor sentido de la palabra). Hace unos años se me ocurrió ir a ver una película japonesa titulada "Llamada perdida". En qué hora... Ya la taquillera me advirtió: "¿Va sola?" "Sí". "Es de miedo". "Ya". "De mucho miedo", insistió. "Bueno, no se preocupe, si me desmayo ya me recogerá alguien". La sala estaba casi llena de adolescentes. La historia iba de unos chavales que van muriendo a las veinticuatro horas justas de recibir una llamada en sus móviles. Tras el primero, el cine fue un desmadre: empezaron a sonar los móviles, las musiquitas, contestaban a voz en grito entre risas, saltaban de una butaca a otra... Dinero y tiempo perdidos, qué le vamos a hacer...
Feliz semana a todos.

6 comentarios:

Thornton dijo...

No me gusra P.R. pero este artículo me ha gustado.Gracias. No sabía nada de los "huesos de San Expedito", bueno, no sabía nada de S. Expedito. Más gracias. Acabo de recibir un correo donde se ve un cartel colocado en un balcón de una calle murciana donde dice: Hasta que los americanos no celebren el bando de la huerta, aquí no celebramos Halloween.Un saludo.

Miguel dijo...

Un post muy sustancioso. Aquí en Castellón, por lo que tú cuentas, en la enseñanza pasa igual. Casos y cosas, a veces un tanto raras, invaden nuestro diario devenir por las aulas. Por lo que respecta a lo de las tradiciones, estoy contigo. Yo pienso que ya está bien de mirar hacia los americanos. Aquí en nuestro país tenemos miles de tradiciones que debemos cuidar. Yo, por mi parte sigo fiel a estas tradiciones.

Un abrazo.

Lola dijo...

Buen post y buena denuncia, Yolanda, que ójala sirva para algo.
Un abrazo Lola

Sarashina dijo...

Me he sentido como si estuviera en tu colegio, viviendo esas situaciones que al fin y al cabo se viven día a día en todos los centros de enseñanza. Casos parecidos hemos tenido nosotros también. Este año parece que me he perdido algo, porque no hay tanto ambiente de Halloween en mi instituto, siendo como somos bilingües de inglés, ya con toda la ESO en funcionamiento. Algo habrá pasado o quizás lo han dejado para dentro de unos días, no sé. Yo soy partidaria de la referencia a Don Juan Tenorio, del que, por cierto, haré una entrada esta misma tarde, porque hay que recuperar el mito. Ahora mismo estoy trabajando con un grupo de artes escénicas en la representación de la escena del sofá. Tiene miga, es cierto. Los muchachos ni conocían el mito ni sus derivaciones ni en realidad nada al respecto. Espero que lo que estoy haciendo les sirva para algo.
Lo de los sindicatos, te advierto que yo estuve tres años trabajando en el mío, y estaba deseando volver a la enseñanza. Por mi parte, pienso que todos los docentes deberían pasar al menos una vez por ese trabajo, para tener otra visión de las cosas. Yo no tenía tiempo para nada, estaba absolutamente absorbida por la labor sindical. Claro que todos los sindicatos ni todos los sindicalistas son iguales. Los considero necesarios siempre que lleven a cabo sus labores:defender a los trabajadores de abusos y situaciones injustas, asesorar a sus afiliados y al profesorado en general, y defender la escuela pública. Si eso no se hace, vamos listos. Entonces sí se trata de desertores de la tiza y no de verdaderos sindicalistas.

Yolanda dijo...

Thornton, totalmente de acuerdo con el cartel murciano. Aquí copiamos cualquier cosa que huela a fiesta, aunque sea una estupidez como ésta. Qué pena. Por eso de vez en cuando conviene recurrir al colmillo retorcido como el de PR para soltar quina.
Miguel, en España nos bastamos y sobramos con nuestras tradiciones, tan ricas y variadas, como para tener que importar costumbres ajenas. No sé si es falta de personalidad o que la maldita globalización puede con todo. En cualquier caso, estaría bien que por una vez tomáramos la parte positiva y no sólo el gamberrismo y la estupidez colectiva. Se puede celebrar cualquier cosa siempre que se respeten ciertas normas, pero claro, eso es pedir peras al olmo, por desgracia.
Lola, si se alzan muchas voces se acaba consiguiendo algo. Al menos estamos informados de primera mano, porque los medios de comunicación no son siempre fiables.
Clares, te repito las gracias por lo del Tenorio. Ya quiseran los yanquis tener un personaje así, si nacieron anteayer... Algún día comentaré lo del bilingüismo, que clama al cielo y nadie parece darse cuenta. En cuanto a los sindicatos, gracias por tu experiencia. Ya sé que no todos son iguales, pero estamos tan cansados de cantamañanas que a duras penas confiamos en alguien que no pisa las aulas en mucho tiempo. Ahí es donde están los problemas, y buena parte de ellos se generan y alimentan en los despachos de quienes no quieren escucharnos.
Un saludo a todos.

Anónimo dijo...

Estamos de acuerdo. La verdad es que a mi tampoco me gusta Halloween, en el Día de Todos los Santos toca deprimirse y recordar a los seres queridos. Qué fácil nos rendimos a las tonterías. Tomo nota de las recomendaciones y qué buenas las anécdotas!

Un saludo.