domingo, 14 de febrero de 2010

PRECIOUS

En la llamada "noche del cine español", los Goya, los necesarios premios del autobombo, de los que hablaré en otro momento (he visto buenas películas nacionales este año, y os las he contado), yo voy a reflexionar sobre Precious, mi película de esta semana. Es conmovedora, dura y esperanzadora, aunque se le podrían adjudicar más adjetivos. Viene precedida por estupendas críticas y no pocos merecidos premios, y es de esperar que en los Oscar no se vaya de vacío.
Precious es la desgarradora historia de Clairecee "Precious", una adolescente que a sus dieciséis años ya tiene una hija subnormal y otro en camino, ambos fruto de las violaciones que viene sufriendo desde los tres años por parte de su padre. Negra, prácticamente analfabeta, despreciada por todos por su gordura, maltratada por su madre, expulsada del instituto, ¿qué puede esperar ya? Precious vive su situación con resignada tristeza, pero no odia. Está decidida a escapar de todo eso, y la llave para ello es la integración en un grupo de adolescentes conflictivas y desahuciadas de las que se hace cargo una animosa e idealista profesora joven (estupenda Paula Patton) empeñada en que sus alumnas escriban en un diario todas sus preocupaciones, ilusiones, deseos, sueños... Les da la oportunidad de expresarse a través de la palabra, de hacerse oír. Y así Precious puede contar lo que le pasa, lo que sufre, lo que anhela.
Su madre (despreciable, pero gran actriz Mo´nique) la trata con una brutalidad inconcebible, sin asomo de cariño hacia su hija ni hacia sus nietos. Odia a Precious porque la ha quitado a "su hombre" y le dado más hijos que a ella, que ha consentido los abusos y violaciones sin hacer nada por evitarlos. La ve como a una rival. La obliga a comer, la insulta, le dice una y otra vez que es una mierda, que no vale para nada, que los estudios son un estorbo, que debe aprender a vivir de los servicios sociales, como ella, que se pasa el día tirada en el sofá viendo la televisión y fumando.


Precious sueña con tener un novio blanco y apuesto con un bonito pelo. Ella misma desea ser blanca, rubia y delgada. En los duros momentos que vive se deja llevar por ensoñaciones en las que se ve como la reina del baile, una actriz famosa o una joven agasajada y feliz. Pero siempre ha sido tratada como un trapo. No ha conocido el cariño y sin embargo sabe sentirlo. Se le dan bien las Matemáticas, pese a su desfase educativo. Por eso su inclusión en el grupo que tiene como lema "Cada uno enseña a otro" supone el descubrimiento de un mundo nuevo y desconocido para ella. Su profesora le dice que "The longest journey begins with a single step" ("El viaje más largo empieza con un solo paso") y se da cuenta de que es verdad, de que otra vida es posible si sigue estudiando. Así pues, la educación, una vez más, es la clave de toda salvación. Ojalá fuera siempre posible.

Conoce a otras personas que son amables y cariñosas con ella: el enfermero que la ayuda a dar a luz (gran Lenny Kravitz), la psicóloga social (una desconocida Mariah Carey, emocionante y emocionada ante el monólogo de Mo´nique), sus compañeras de clase y, desde luego, su profesora, que la acoge en su casa como si fuera su madre o su mejor amiga. Precious desconocía hasta entonces ese mundo, tan alejado del suyo, sórdido y cruel. Sólo sonríe feliz en sus sueños, nunca en la vida real. Quiere a sus hijos, cuyo futuro es tan incierto como el suyo, pero ahora sabe que puede cambiar, que va a cambiar, porque va a escapar de la férrea brutalidad de su madre. En un momento dado esta mujer llega a dar casi lástima, es otra víctima, al fin y al cabo, pero es capaz de alcanzar tales extremos de violencia que no se la puede perdonar. Su hija, que ha sufrido más que ella, puede darle grandes lecciones de superación, cariño y perdón, pero no acepta nada. Vive amargada y metida en un inexorable proceso de autodestrucción.

Hay escenas terribles, otras de una ternura inaudita. Con un argumento tan dramático no es un dramón de lágrima fácil ni sensiblero, es una historia realista y dura muy bien contada y mejor interpretada. Es la crónica de una superación, de una huida con final incierto, de una joven decidida a cambiar su vida cuando ve la oportunidad que hasta entonces se le había negado. Precious es una luchadora doliente y sufrida, una joven vapuleada en uno de los barrios más pobres de Nueva York, mostrada aquí en su faceta más oscura y nada turística. Supongo que en Estados Unidos hay miles de casos como éste, jóvenes obesas (una enfermedad en alarmante aumento), negras (el racismo que no cesa, a pesar del triunfo de Obama), medio analfabetas, víctimas de abusos en la propia familia, desesperanzadas...


Precious recupera su dignidad gracias a la imprevista ayuda de una profesora diferente e idealista que la enseña a expresarse. Sus clases no son nada convencionales, tiene una paciencia infinita con esas seis u ocho adolescentes para quienes esas clases suponen su última oportunidad para salir del pozo en el que llevan toda su vida. Les ofrece la llave que les abrirá nuevas puertas, todo aprendizaje comienza con la lectoescritura y a través de la palabra nos sale el alma.


No sé qué hay de cierto en esta historia que atrapa desde la primera secuencia y te deja clavada durante casi dos horas. En unas escenas te revuelve y tienes que contener una exclamación y en otras te emociona hasta lo más hondo. No conozco apenas el sistema educativo de Estados Unidos, no sé cómo funcionan sus servicios sociales ni qué hay de cierto en cuanto nos llega de allí. Sé que tiene un importante porcentaje de pobres, de desarraigados, de casos desesperados, que su sistema sanitario es injustamente penoso, que los negros siguen siendo machacados y marginados, que se creen el ombligo del mundo, que se ufanan de ser el país de las oportunidades y no sé cuántos tópicos más. Quizá todo eso sea cierto, y me quedo corta, seguro. Historias como la de Precious las hay en todos los países, aquí mismo, sin ir más lejos, seguro. Los docentes conocemos casos que llenarían cientos de libros sin diferencia de ubicación concreta porque la miseria y la maldad son universales y no conocen fronteras. Por eso seguimos luchando, para dar voz a quienes no la tienen, para dar instrumentos a los que carecen de ellos, para hacer posible un mundo mejor a través de la educación. Valores como la tolerancia, la comprensión, el esfuerzo, el compañerismo, la solidaridad, el cariño, el placer por lo bien hecho se aprenden (se deben aprender) en las aulas. Si no nos lo pusieran tan difícil (y no voy a enumerar a todos los que nos ponen zancadillas día tras día) cuánto bien haríamos... Y me lo planteo una vez más hoy, mediada la segunda evaluación, decepcionada por los mediocres resultados de mis alumnos, incluso los mejores, a los que veo desanimados, tristes, precozmente adolescentes (cielo santo, si la mayoría no pasan de los once años) y mínimamente preocupados por su rendimiento académico. Urge tomar medidas, y en ello estamos los profesores implicados. Ojalá tanto esfuerzo por nuestra parte se vea recompensado con su triunfo.
Salí del cine pensativa y algo triste por la dureza de las imágenes, pero con el mensaje esperanzado que deja al final, nada edulcorado, por cierto. Id a verla, os gustará.









20 comentarios:

Novicia Dalila dijo...

¡¡¡Gracias Yolanda¡¡¡
Tenía ganas de verla, aunque sabiendo que es un tema tan triste y desgarrador, y yo para este tipo de películas me tengo que mentalizar y buscar el momento óptimo, con tu resumen/crítica me has decidido a verla ya.
Que vidas tan difíciles y tan tristes...

Un beso fuerte

Joselu dijo...

No la he visto pero es la primera que tengo en mi lista. Cuando leí su argumento inmediatamente me atrajo y tu comentario me lo ha confirmado. Sin embargo, había leído alguna crítica, aunque en general son elogiosas, que afirmaba que la película te enfrentaba a un chantaje emocional. A mí me gustan las películas duras, cuanto más duras mejor, pero en las que haya un punto de superación. Cuando vi Johny cogió su fusil, salí descompuesto y apesadumbrado porque allí no había solución. Era abrumadoramente sin esperanza. Necesito que los héroes vislumbren la luz, a pesar del lodo en que estén inmersos. Me gusta el cine no moralista en que no se me dé el mensaje digerido y explicitado. No sé cómo acaba esta película, pero prefiero que acabe sin dar una respuesta, que prefiero darla yo, o , al menos, que me haga pensar. Lástima que en los cines no exista ya aquella institución fabulosa que era el fórum. Recuerdo cuando nos quedábamos después de una película a comentar nuestras impresiones. Es tremendo que tras una película como esta no podamos debatir los sentimientos que nos ha producido. No sé si llegaré a verla. En casa prefieren ver otras películas y acaso esta tendré que apañármelas para verla de alguna forma. Tarde o temprano la veré. Me atrae. Hay películas que son magnéticas y ésta es una de ellas. ¡Viva la tristeza!

Yolanda dijo...

Pues sí, Novi, qué historias tn terribles hay por ahí... Cerca de nosotros también las hay, por desgracia nadie se libra de ellas en mayor o menor medida. Yo tengo alumnos cada vez más problemáticos, no llegan a los extremos de esta chica de NY pero también sufren mucho. Tratar de ayudarles es mi trabajo, aunque meterme en ciertos asuntos me complica también la vida porque no todo el mundo lo entiende.
Ve a ver la peli y ya me contarás.
Un beso.

Yolanda dijo...

Joselu, cietas películas no gustan a todo el mundo. Yo a veces necesito distraerme y otras emocionarme o pensar, según mi estado de ánimo. Fui a ver ésta como segunda opción pero me llegó muy adentro y por eso me gustó, porque me hizo sentir y reflexionar. Me gustaría comentarla con otras personas, es una lástima, como tú dices, que se haya perdido la costumbre del cine-fórum. Entre varios se aprecian más detalles y matices.
En este caso no sentí chantaje emocional, no es "tramposa". Tiene amargura y dolor pero también esperanza, como debe ser en la vida real. Es cierto que "Johnny cogió su fusil" no dejaba lugar para la esperanza, es de las que encogen el alma de verdad, no llegas a entender por qué ese pobre muchacho debe seguir viviendo en esa cárcel en la que se ha convertido su cuerpo. Cuando la piadosa enfermera intenta acabar con su sufrimiento él dice "gracias" varias veces y la bendice, pero todo se frustra. Por desgracia, no falta una mano negra para estropear lo más importante en el momento más inoportuno. Es todo un revulsivo para la conciencia.
Ve a ver "Precious" aunque sea solo. Como yo siempre voy sola me resulta de lo más natural, pero no todo el mundo está en las mismas circunstancias.
Un fuerte abrazo, colega.

Cabopá dijo...

Tu blog me guía por los caminos del cine...Me encanta que me visites y me dejes esos comentarios tan agradables.....
Te acabo de poner entre mis blogs que visito...Siempre es bueno tener por amiga a una maestra feliz.
Besicos.

Monica dijo...

Sí, Yolanda. Hay que ir a ver esta película y me taparé los ojos en momentos angustiosos. Todas las historias de gente con afán de superación, me llegan al alma.
Y como Joselu y como tu yo también echo de menos los cine-forum que no entiendo que ya no existan.
Te mando un beso y las gracias por tu crítica de esta preciosa película. Lola (aunque firme monica soy lola)

Juliiiii dijo...

Tiene buena pinta la película, y más como la pintas en tu crítica, aunque con este tipo de películas parece que lo negro acaba quedando teñido de rosa, por más que algún inconveniente tiña de gris el horizonte. Por lo que te he leído, parece que aquí eso no pasa.

Miguel dijo...

Yo últimamente estoy llamando a los padres de los alumnos más confictivos de mi tutoría. Y de cada entrevista salgo decepcionado. Pocas veces hallo la solución de los problemas en la labor de los padres. Veo en clase que, como tú bien dices, existe mucho desánimo por aprender valores y nuevas enseñanzas, y entonces es cuando acudo a los padres. Y en este momento es cuando me doy cuenta de que los padres lo único que quieren es que su hijo apruebe. Lo otro, las actitudes positivas y los valores son temas que los ven como de pasada. Qu apruebe, que pase de curso. Esto es lo único que les preocupa.
Muy buena tu reflexión al hilo de la película. Y por si te sirve de consuelo, te diré que en mis clases detecto el mismo epicureísmo y falta de esfuerzo y voluntad por ser un ciudadano de bien que tú has tectado en tu clase.

Un abrazo.

Yolanda dijo...

Cabopá, tus fotos me encantan. Yo las hago (hacía) penosas, muy sositas. Cuando veo una película suelo disfrutarla y me gusta hablar de ella. Recomiendo lo que me parece bueno y creo que debe dar pie para discutir o cambair impresiones. Soy una espectadora activa, no me sirve cuaquier cosa y procuro sacar jugo a esas dos horas a oscuras.
Un abrazo.

Yolanda dijo...

Lola, no hace falta taparse los ojos en esta película, a pesar de que algunas escenas son incluso desgradables, pero soportables, al menos para mí. Día a día vivo situaciones que tampoco son nada idílicas, pero no llegan al nivel de lo que soporta esta pobre chica. El afán de superación es lo que la salva, y eso deberíamos aprenderlo todos, que nos dejamos arrugar por cosas a veces bastante absurdas.
Un beso.

Yolanda dijo...

Miguel, llevo toda la semana viviendo conflictos a diario con padres y alumnos. Cierto que mis chavales son bastante jóvenes, pero en la mayoría se ve un desinterés desmoralizante, no tienen ni pizca de responsabilidad, se saben con las espaldas cubiertas y no se molestan lo más mínimo. Podría contarte varios detalles, pero todos los docentes vivimos más o menos lo mismo. Unos somos más duros o exigentes que otros. Yo soy partidaria de una dureza necesaria pero no cruel, por supuesto. Vamos a ver: les damos una circular el lunes para hacer la preinscripción en el IES antes del jueves, o sea, hoy, porque hay que mandar los datos por el ordenador. Las recojo esta mañana y faltaban ocho. Les digo que vayan sin falta a Secretaría para que les den otra y la lleven mañana sin falta, o se quedan sin plaza,¿y cuántos han ido? ¡Ni uno! Otra tutora se lo ha repetido expresamente a uno que es modelo de desastre familiar y personal para que mañana su madre lo haga a primera hora, pero yo no lo habría hecho, lo siento, estoy cansada de "perseguirles" para que hagan una recuperación a regañadientes o ayudarles a entender algo, como si me estuvieran haciendo un favor. Y los padres sólo quieren que aprueben, como tú dices, el resto les importa un comino. Luego lo pagan muy caro, pero muchas veces ya es demasiado tarde. Es penoso. Nosotros nos esforzamos al máximo pero es como escribir en el agua. En fin, insistiremos, a ver si podemos salvar a alguno. Lo que siento es que nosotros sepamos cuál es la solución y que nadie nos haga caso. Menos mal que más de uno luego aprende la lección.
Ah, estoy escuchando y viendo a Serrat en la tele, qué gustazo de hombre... Estoy deseando comprar (porque yo compro, no pirateo) su nuevo disco con poemas de Miguel Hernández y escucharlo a placer.
Un abrazo, colega.

Yolanda dijo...

Juliii, aquí lo gris es bien gris, incluso negro, nada de rosa, salvo algunas pinceladas optimistas. Podría haber sido un culebrón pero
es realista y profunda sin resultar patética. El tema ya es duro de por sí, pero viendo cómo tratan cosas así algunos programas de televisión se aprecia aún más el tratamiento que se le da en esta película.
Un abrazo.

caperucitazul dijo...

Ya te contaré porque pienso ir a verla este fin de semana. El sábado vi "Up in the air" y tengo que reconocer que me decepcionó un poco, aunque no es una mala película, y evidentemente (aunque suene frívolo) Clooney es una gran baza...jaja.
Un saludo

María dijo...

Iré a verla, Yolanda, no la conocía ni había oido a hablar de ella.

Gracias por recomendárnosla, tiene que estar muy bien, lo que pasa que seguro que me pasaré todo el tiempo llorando.

Un beso.

Fernando Manero dijo...

Ayer fui a verla. No lo tenia decidido, pero una amiga me convenció. Salí impresionado, asombrado de esa historia tan terrible como esperanzadora. Las imágenes son desoladoras, deprimentes a veces, de una violencia que asusta... pero en medio de tanta atrocidad emerge el valor de la educación, el sentido de la amistad, la importancia de la palabra amiga, de la generosidad desinteresada. Nos reconcilia con lo mejor del ser humano. Un abrazo

Yolanda dijo...

Caperucitazul, siento que te decepcionara "Up in the air", a otras personas les ha pasado lo mismo, no sé por qué. A mí me pareció estupenda y George está de un atractivo fuera de serie, borda el papel. En fin, para gustos hay colores, ya sabes...
"Precious" no tiene nada que ver, es la otra cara de los USA, la visión de los muchos desprotegidos y abandonados, nada de VIP que vuelan en primera. Si la ves ya me contarás.
Un saludo.

Yolanda dijo...

María, si la ves espero que no llores pero que sí te emociones. Dan ganas de seguir luchando, no de sufrir sin más. Mueve a la reflexión y a muchas más cosas. Ya me contarás.
Un saludo.

Yolanda dijo...

Fernando, coincido con tu comentario. Es una película dura, sin asomo de "corrección política", aunque con esperanza, que es lo importante. El mensaje es definitivo y hay que seguir actuando, nunca hay que darse por vencido. En el día a día tenemos muchas ocasiones para hacer algo por mejorar nuestro entorno. Los maestros lo tenemos claro, a pesar de las condiciones tan adversas que nos rodean. Aquí ya no la ponen en el cine donde la vi porque han repuesto "Celda 211", espero que vuelva o que tenga más oportunidades en otras salas.
Un saludo.

amalia dijo...

Hola colegui...... me ha encantado, como siempre, tu comntario de esta película.
Y también he leído algo que le has dicho a Miguel......"es como escribir en el agua".
¡Cuánta razón tienes! Escribimos muchas veces en el agua los maestros, dia tras dia, aún en reuniones de padres les dices una cosa y al dia siguiente pues como si no hubieras hablado nada.
Esto me pasa a diario pero da la casualidad de que SIEMPRE son los mismos, siempre son los mismos los que pierden las cosas, los mismos los que no te traen los deberes , los mismos los que no traen el material que se pide, los mismos a los que les da igual la nota que saquen en los exámenes....... un desinterés total que me llega a plantearme si yo fallo en algo, en sero muy permisiva o muy autoritaria....no sé....me pierdo en esto muchas veces.
Y los padres..... algunos....con una total despreocupación de sus hijos bestial.
Yo ya hace dos cursos que tengo trato con la asistenta social del Ayuntamiento por cuestines de niños de clase. Menos mal que, de momento, me ha servido para mucho.
Bueno guapa, no me enrollo más y te doy "la murga" con mis penitas colegiales.
Espero que estés bien ya de tu tensión arterial.
Un besazo guapa y sigue ilustrándonos con tus comentarios peliculeros!!!!!

Yolanda dijo...

Amalia, aunque muchas veces nos invada el desánimo, con razón, creo que nuestra labor da fruto, aunque no siempre nos enteremos porque es una labor muy, muy lenta. Las familias no colaboran mucho, algunas todo lo contrario: padres separados que se hacen daño a través de los hijos, broncas ante ellos, desinterés, dejación de funciones... Cada uno es un caso y te lo cuentan a veces con desesperación, pero nosotros no podemos hacer casi nada, sólo paliar un poco la situación del chaval, poner paños calientes, nada más. Hay quien se pasa todo el año sin un libro, otros los pierden, a otros se les olvida... y siempre encuentran alguna justificación, nunca es culpa suya porque crecen con una ausencia total de responsabilidad. Fíjate, el otro día les repartimos la circular para que hicieran la reserva en el IES, más fácil imposible. El día que se acababa el plazo faltaban ocho por entregarla, les mandé a Secretaría para que les dieran otra y ¿sabes cuántos fueron? ¡Ni uno! Tuvimos casi que rogarles que fueran las madres a primera hora el viernes, como último día inexcusable, y gracias a nuestra insistencia lo conseguimos. Entre pérdidas y despistes se disuelve la información, para que luego digan... Se lo cuentas a los padres y se quedan tan panchos, ay, es que es tan despistado... y ya está, siempre les damos otra oportunidad y así nos va y sobre todo así les va a ellos, sin noción de la consecuencia de sus actos. En fin, somos unos cabezotas y seguimos insistiendo. ¿Quién, si no, les va a ayudar tantas veces? Consuélate, colega, como me consuelo yo: escribimos en el agua pero algunos peces cogen el mensaje, seguro. ¡Ánimo!
Gracias por leerme. Un beso muy, muy grande.