martes, 14 de septiembre de 2010

QUERIDA MAESTRA

Hoy ha salido a la venta el libro Querida maestra (La Esfera de los Libros) de mi entrañable colega Julia Resina, jubilada hace un año. A raíz de su jubilación una antigua alumna envió una preciosa carta de agradecimiento a El País. Yo la leí y me puse en contacto con ella. Por una feliz coincidencia, los últimos años en el "Antonio Machado" de Majadahonda compartió docencia con Silvia y Arancha, que habían estado conmigo en mi actual destino. Así me enteré de los actos de su despedida y de la "encerrona" que le prepararon una calurosa tarde de junio en una plaza: con la complicidad de unos cuantos (su marido entre ellos) se dieron cita antiguos alumnos y padres que la llenaron de besos y abrazos en una auténtica ducha de cariño. Días más tarde Gemma Nierga la entrevistó en La Ventana y poco después llegó la oferta de la editorial para escribir sus recuerdos tras cuarenta años de magisterio ejemplar, entusiasta y entregado. Hoy el libro es una realidad y Julia está feliz. Anteayer el suplemento Magazine de El Mundo publicó un emotivo artículo sobre ella, su obra, sus alumnos, sus recuerdos, su "secreto" para ser una auténtica maestra feliz y maravillosa, su vida... Si tenéis ocasión de leerlo, no os lo perdáis.
Conocí a Julia allá por 1980, si mal no recuerdo. El "Antonio Machado" había empezado su andadura un año antes y yo formaba parte del primer claustro de profesores, todos provisionales, jóvenes, llenos de fuerza y de buenas intenciones. Desde el primer momento gozó de una excelente y merecida fama que hoy continúa. Yo seguí un par de cursos más, luego tuve que abrir otro centro como directora en la misma localidad, pero con menos fortuna. El "Machado" siempre será especial para mí. Gracias a él conocí a mi marido, como ya conté en uno de mis primeros posts.
Recuerdo a Julia con el pelo rubio y rizado y unos ojos azules siempre risueños, muy expresivos. Tenía ya un hijo, Rodrigo, y enseguida se quedó embarazada de Brianda (su marido, José María, es profesor de Literatura, de ahí estos nombres tan especiales). Estaba feliz enfundada en un mono de color morado que lució durante gran parte de su embarazo. Le encantaba montar obras de teatro, organizar la biblioteca, enseñar declamación a sus alumnos (el año pasado, precisamente, ganaron un premio de la Comunidad de Madrid por ese motivo), y, sobre todo, llevaba la enseñanza en la sangre. ¿Sólo la enseñanza? No, era mucho más. Vivía la docencia con una entrega inusual, pero sin sensación de sacrificio, con naturalidad, con amor, con generosidad. Transmitía valores como la solidaridad, la tolerancia, la comprensión, el esfuerzo, sin necesidad de estar incluidos en ninguna asignatura ni tema en concreto. Sabía que trabajaba con personas, y trataba a cada uno con un cariño nada común.
Julia, mi querida Julia, cómo te admiro y te envidio por esos miles de recuerdos, por esa vida llena de trabajo reconocido, por ese libro que nace de lo más profundo. Ojalá yo pueda ser algún día siquiera una sombra de ti porque me siento pequeña e imperfecta, llena de defectos pese a mis buenas intenciones. Eres de los que engrandecen esta maravillosa profesión, tan ingrata tantas veces, tan vilipendiada y menospreciada. Tú eres la prueba de que otra docencia es posible, alejada de la burocracia, las leyes cambiantes y los planes tan volubles como inútiles. Manejados por los políticos según sus intereses no podemos llevar a cabo nuestra labor como nos gustaría. Nos quitan medios y recursos, abarrotan nuestras aulas, eliminan profesores porque el dinero hace más falta en otras partidas, según ellos. Ay, Julia, qué bien has hecho en irte, pero qué tremendo hueco dejas... Ojalá no se cumplan tus temores y sigan llegando generaciones de maestros de verdad, de los que saben sacar lo mejor de cada alumno con ese don especial que es la clave de toda docencia, más allá de las pizarras digitales y de otros adelantos que suponen una ayuda, pero no son ni mucho menos esenciales para transmitir conocimientos y despertar en el alumno las ganas de aprender y ser mejor.
No es el mejor día para escribir esto. Mi hermano Emilio tiene cáncer de hígado y no le queda mucho tiempo. Os ahorro los detalles. En cualquier momento puedo recibir la fatídica llamada. Otra vez la vida y la muerte se cruzan en mi camino. Vuelve el dolor, el llanto, la ausencia, los recuerdos, la tristeza por lo hecho o dicho... La muerte conduce a la reflexión, supone un aldabonazo en las conciencias a veces adormecidas, en nuestras vidas marcadas por la rutina y la superficialidad. Vivir, pensar, sentir, amar, odiar, perdonar, comprender, lastimar... morir...

26 comentarios:

Joselu dijo...

Me uno desde la distancia a este vendaval de emociones que vertebran este post. La del sentimiento de admiración hacia Julia Resina, una maestra llena de fuerza, compromiso e ilusión (con la que te identificas y a la que querrías emular), el disgusto hacia los políticos que menosprecian la educación y no constituye un eje fundamental en sus programas y actuaciones, el sentimiento de dolor por Emilio, tu hermano. Quiero compartir un poco desde lejos tu mundo rico en colores, alegrías y tristezas y enviarte desde la docencia un fuerte abrazo, colega.

Yolanda dijo...

Joselu, mi hermano murió ayer de madrugada y hoy ha sido incinerado. Han sido dos días de intensas emociones, mucho dolor y recuerdos entre muchas personas que han acudido al velatorio y al funeral, muy emotivo. Estoy muy cansada y sé que me esperan días extraños, difíciles. Voy a seguir con mi vida, mi trabajo y mi familia, más consciente aún de lo efímero de la existencia y de la importancia de aprovechar los buenos momentos y agradecer todo lo bueno que la vida puede ofrecerme.
Te escribiré más despacio. Un fuerte abrazo, colega.

Yolanda dijo...

Joselu, mi hermano murió ayer de madrugada y hoy ha sido incinerado. Han sido dos días de intensas emociones, mucho dolor y recuerdos entre muchas personas que han acudido al velatorio y al funeral, muy emotivo. Estoy muy cansada y sé que me esperan días extraños, difíciles. Voy a seguir con mi vida, mi trabajo y mi familia, más consciente aún de lo efímero de la existencia y de la importancia de aprovechar los buenos momentos y agradecer todo lo bueno que la vida puede ofrecerme.
Te escribiré más despacio. Un fuerte abrazo, colega.

Joselu dijo...

Te acompaño en el sentimiento, Yolanda. Sé lo que significa un hermano y la conmoción que desencadena su ausencia. Estoy lejos, pero estoy contigo acompañándote en ese hueco. Un abrazo.

Miguel dijo...

Envío desde aquí mi felicitación para Julia y también por la parte que te toca a ti. Es un broche de oro a una carrera de cuarenta años. Sería bonito leerlo.

Un beso.

Lourdes Domenech dijo...

¡Qué sensación más extraña al leer el post! Primero el elogio entusiasta de la maestra y luego la sombra de un mal por vernir.
Cuando he llegado a los comentarios, he sentido una sacudida enorme. Lo siento. Me pongo en tu lugar y siento que estoy más cerca de tus palabras.

Un abrazo

Rosario Ruiz de Almodóvar Rivera dijo...

Acabo de entrar en tu blog por primera vez, me gusta mucho tu comentario a Julia es precioso y ahora me acabo de enterar del trágico final de tu hermano, lo siento mucho.
Pero veo que eres una persona con los pies en la tierra y seguirás viviendo con ese hueco en el corazón pero siempre con mucha Esperanza.
Un abrazo desde mi librillo.

Yolanda dijo...

Joselu, gracais por tu cariño en la distancia. Un abrazo.

Yolanda dijo...

Miguel, en cuanto tenga el libro te hablaré de él. Estoy segura de que es interesante y bonito. En estos momentos necesito algo que me ayude a superar la muerte de mi hermano.
Un abrazo, colega.

Yolanda dijo...

Lu, gracias por tus palabras. En momentos así es bienvenida toda palabra de aliento y se aprecia más la cercanía de los seres queridos.
Un saludo.

Yolanda dijo...

Rosario, sé bienvenida a mi humilde rincón. Ya ves que procuro ser optimista, aunque a veces cuesta poner buena cara a la adversidad. Soy realista, no me engaño, y me considero fuerte gracias al apoyo de mis seres queridos más cercanos. Hay que vivir dando gracias por lo que tenemos.
Un abrazo, colega.

Rosario Ruiz de Almodóvar Rivera dijo...

Yolanda, gracias por pasar por mi blog, me alegro que estés animada,
los niños que tengo en clase son de 4-5 años, este año si Dios quiere aprenderán a leer y eso me dá mucha alegría.
Un abrazo fuerte desde mi librillo.

Cabopá dijo...

Mi querida Yolanda,
Cómo siento tu tristeza,la perdida de un hermano debe ser muy dura...
No sé como expresarme, pero vengo a dejarte mis palabras de cariño y ánimo...Sólo puedo decirte que siento no haber entrado antes, no sé porque no me había dado cuenta de tu actualización,siempre entro el primer día...
El título del libro de tu amiga tiene mucho interés para mí, ya nos contarás. Siempre he mantenido que después de los padres, la maestra es la figura más importante para los niños...Le deseo suerte a Julia y a ti te digo que espero pronto que nos cuentes cosas sobre el libro, creo que lo buscaré...Tus consejos siempre son acertados...
Besicos,Besicos,Besicos.

Fernando Manero dijo...

La experiencia de un maestro es un caudal inagotable que ayuda, cuando se da a conocer, a valorar lo que significa esa maravillosa profesión que consiste en enseñar a los demás. Es una tarea titánica, poco reconocida, y que conviene valorar pues es uno de los pilares de nuestra sociedad. Enhorabuena a tu amiga. Leeré esa obra, pues sigo de cerca cuanto se publica sobre esos temas. Al tiempo siento profundamente lo que te pasa y desearía que tu hermano no sufriera. Sabiendo de tus cualidades, intuyo las suyas. Por eso le deseo lo mejor. Un abrazo

Fernando Manero dijo...

Tras insertar mi comentario, acabo de leer tu respuesta al primer comentarista. Lo siento. Lo siento de veras. Comprendo cómo estarás. Eres fuerte, pero la fortaleza no contrarresta el dolor. Sabes que estoy a tu lado. Un fuerte abrazo

Yolanda dijo...

Rosario, enseñar a leer a un niño es lo más hermoso que puede hacerse en esta profesión. Eso le abrirá todas las puertas futuras y nadie le da la importancia que merece. Tienen más relumbrón los catedráticos y supuestos sabios, pero tratar con niños pequeños tiene un mérito inmenso que casi nunca es reconocido. Admiro a mis colegas de Infantil, siempre lo he dicho.
Un abrazo, colega.

Yolanda dijo...

Cabopá, gracias por tus palabras de apoyo. Saberse acompañado en los momentos duros es reconfortante.
Mañana iré a por el libro de Julia, enseguida os contaré cómo es. Seguro que me emociona.
Un abrazo.

Yolanda dijo...

Fernando, gracias por tus palabras de consuelo. En estos momentos toda compañía es bienvenida, aunque sea en la distancia.
Los maestros tenemos una difícil misión, la cumplimos con gusto, pero no estamos preparados para las críticas y las zancadillas o la incomprensión. Seguimos siendo poco valorados y estamos cansados de demostrar lo que valemos. No nos desanimamos, pese a todo, y por eso entramos cada día en clase con una sonrisa y dispuestos a repartir paciencia y sabiduría. Si hubiera maestros en lugar de políticos, otro gallo nos cantaría.
Un fuerte abrazo.

María dijo...

Yolanda, lo siento mucho, te acompaño en el sentimiento, las pérdidas son terribles, siento no tener más palabras me he quedado sin ellas.

Un abrazo muy fuerte, Yolanda.

Lola dijo...

Yolanda querida: bonito tu post lleno de sentimientos hacia tu amiga maestra. Siento mucho, de verdad, la muerte de tu hermano...nos vamos yendo todos poco a poco y eso hace sufrir. No quiero que tu sufras demasiado y te abrazo con todo mi cariño. Lola

María dijo...

Yolanda, vengo a dejarte un abrazo, esperando que te encuentres bien.

Yolanda dijo...

María, gracias por tu cariño en la distancia. A veces paso ratos y días malos, otros estoy mejor. La tristeza es ingobernable, hay que aceptarla y asumirla. Mi hermano era más joven que yo, y la muerte de alguien de menor edad lleva a una reflexión distinta. Son tantas cosas... Quizá escriba sobre ello si soy capaz de no derramar demasiada negrura.
Un fuerte beso.

Yolanda dijo...

Lola, estoy viviendo una época muy intensa por varios motivos que quizá cuente algún día. Siento tristeza, debilidad, incertidumbre, dolor... pero también orgullo porque mi hijo se maneja bien con el taxi, mi hermana está otra vez en el hospital pero no parece grave, hay cambios en el colegio, mi marido sigue volcado en la casa nueva... De repente mi estabilidad ya no lo es tanto, pero no me faltan apoyos, que no es poco. Me doy tiempo para recuperarme y no fuerzo nada, acepto el dolor y pienso mucho. Todo acaba teniendo explicación y sentido.
Gracias por tu cariño.

Jose Ramon Santana Vazquez dijo...

...traigo
sangre
de
la
tarde
herida
en
la
mano
y
una
vela
de
mi
corazón
para
invitarte
y
darte
este
alma
que
viene
para
compartir
contigo
tu
bello
blog
con
un
ramillete
de
oro
y
claveles
dentro...


desde mis
HORAS ROTAS
Y AULA DE PAZ


TE SIGO TU BLOG




CON saludos de la luna al
reflejarse en el mar de la
poesía...


AFECTUOSAMENTE
SALUDOS YOLANDA

ESPERO SEAN DE VUESTRO AGRADO EL POST POETIZADO DE ENEMIGO A LAS PUERTAS, CACHORRO, FANTASMA DE LA OPERA, BLADE RUUNER Y CHOCOLATE.

José
Ramón...

amelche dijo...

Tendré que leer ese libro. Respecto a los vídeos de mi blog, no sé por qué no los puedes ver, quizá los veas directamente en You tube. Pincha aquí

aquí,
aquí y, si no me he equivocado con el lenguaje html y funcionan los enlaces, los podrás ver en You tube.

Un abrazo y gracias por el comentario en mi blog.

Ana

amelche dijo...

Los acabo de probar y funcionan, ya me contarás qué te parecen.