viernes, 10 de abril de 2009

DE ESPÍAS Y PASIONES

Otra vez he estado varios días sin ordenador. A ver si después de cambiar el disco duro se solucionan por fin los problemas. Estas maquinitas son una fuente inagotable de información y entretenimiento, pero puestos a dar problemas son únicos.
Las dos últimas películas que he visto coinciden lejanamente al tratar asuntos de espías, pero de modo totalmente diferente. Duplicity va de espías industriales en un mundo que sigue siendo de pillos pero que en vez de planear invasiones hacen lo que sea por conseguir una patente de una empresa rival. La química entre Clive Owen y Julia Roberts funciona muy bien. A Julia se le van notando los años pero sigue siendo Julia, evidentemente. Los dos salen guapos, inteligentes e imprevisibles. El guión es bastante enrevesado, pero entretiene. Lo mejor es el final. El engaño siempre ha dado mucho de sí en el cine. Carlos Boyero dedicaba uno de sus últimos artículos en Babelia a este género y recordaba tres grandes clásicos del cine de espías, no superados hasta la fecha: Encadenados, Operación Cicerón y El tercer hombre. Coincido plenamente con sus opiniones. Esas películas, entre otras, sabían crear y mantener una tensión inigualable. Doble juego, manipulación, traición, todo vale en el cine de espías. Es un filón inagotable para buenos guionistas y directores, especies actualmente en franco retroceso. Es difícil realizar una buena película de intriga, lo reconozco, pero si tanto se quejan los creadores de la falta de espectadores y del daño que les hacen las descargas ilegales, ¿por qué no se esmeran más en elaborar buenos productos? La cartelera está llena de productos que apenas duran unos días en cartel y sólo echan la culpa a quienes menos la tienen. El espectador elige, faltaría más. ¿Ha de acudir a una sala sólo para satisfacer los intereses de quienes sólo saben quejarse? Creo que no. Si el cine está en crisis será por algo, pero buscan soluciones en el sitio equivocado. El precio de una entrada ya es abusivo, y no digamos nada de las palomitas o similares. ¿Por qué no lo hacen más asequible? Para una familia media una tarde de cine se pone en un pico. No me extraña que muchos recurran a las descargas vía internet para disfrutar de una película que les interese, aunque yo sigo prefiriendo el cine de verdad, pero quizá mi caso no sea representativo. De cualquier modo, a ver si la nueva ministra de Cultura aporta alguna solución inteligente, pero visto lo visto tengo mis dudas.
Espías en la sombra es totalmente diferente. Aquí hay espías de verdad, de los que se jugaban la vida y soportaban las torturas y los sacrificios par librar al mundo de la tiranía nazi. Es una especie de Doce del patíbulo con mujeres en tierra enemiga para salvaguardar el secreto del desembarco en Normandía. Está muy bien hecha (seña de identidad del cine francés) y las actrices son estupendas. La 2ª Guerra Mundial sigue siendo un filón inagotable para quien sepa sacarle jugo. No me emociona especialmente el cine bélico, necesito que me cuenten algo más que batallas y tiros, pero reconozco que ha dado grandes obras. Las dos de Clint Eastwood sobre la batalla de Iwojima, por citar algo reciente, por ejemplo, son estupendas. Y hay cantidad de clásicos que merecen una revisión: Objetivo Birmania, Senderos de gloria, la estremecedora Johnny cogió su fusil, El día más largo, La gran evasión, Los cañones de Navarone, La lista de Schindler, Salvar al soldado Ryan... A mi padre le encantaba este tipo de cine y aunque yo discrepaba de sus ideas debo reconocer que es un tema que da para mucho y ha proporcionado magníficas historias.
Cosa curiosa, estoy leyendo un libro que trata sobre una perseguida de la Inquisición , Catalina, la fugitiva de San Benito, y aunque la acción se sitúe en época tan lejana tiene mucho que ver con el tema de los espías. Los métodos inquisitoriales no tienen nada que envidiar a los de los "malos" de las películas que os he comentado. Con razón se ha dicho y escrito tanto sobre ellos y nada bueno. Vistos desde nuestra actual perspectiva causan cierto estupor, pero sobre todo inspiran pánico. Cuánta sangre inocente derramada, cuántas vidas sacrificadas en nombre de mentiras, cuánto sufrimiento injusto... Quería hablar de ello en un post aparte aprovechando que estamos en la Semana de Pasión, pero quizá lo deje, no sé. La pasión ha de ir encaminada hacia la vida y no hacia la muerte, hacia la luz y no hacia la oscuridad.
En cualquier caso, felices vacaciones a todos.

5 comentarios:

simalme dijo...

El muerto al hoyo y el vivo al bollo¡

Miguel dijo...

Es verdad que el precio es abusivo. Yo las películas, últimamente, las veo en canal plus. Ya sé que no es lo mismo, pero cuando estás metido en el tema, ni te acuerdas. A mí, es que las películas de espías y violencia no me gustan nada. Tienen que ser así al estilo de las que se hacían en los años cincuenta, sesenta y mitad de los setenta. Estas sí que me gustan, pero las de estos últimos años me parecen demasiado explícitas.

Un saludo y buenas vacaciones.

Joselu dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Joselu dijo...

Hace no mucho me puse a ver Johny cogió su fusil, pero tuve que dejarla. Tenía el corazón estremecido. No me gusta las películas que te hacen sufrir implacablemente. Y la voz de Johny descubriendo su realidad cuando yo era consciente de ella, me conmovía las entrañas.

En cuanto al precio de las entradas, no cabe duda de que es excesivo. Si el cine valiera tres euros la entrada seguro que iría mucha más gente al cine. Pero desconozco cuáles son los problemas del sector. Quizás los precios de cesión de las cintas es muy elevado y el número de días que se exhibe -muy escasos en general- aumenta los precios. Hoy es un lujo para una familia. Recuerdo que mi padre me llevaba al cine todos los domingos, pero el cine era entonces un espectáculo de masas. Hoy es minoritario.

Echo en falta también las salas de repertorio, en las que se proyecten películas de todos los tiempos y no necesariamente de actualidad. No hace muchos años había cines en que se daban dos películas a un precio muy asequible.

Como a ti, no me extraña que la gente se descargue películas de internet, aunque tarde o temprano eso acabará.

Te escribo desde este sábado de espera al domingo que mañana para mí será de viaje y retorno a Barcelona. Un abrazo.

Yolanda dijo...

Simalme: mejor que al bollo, estos días será a la torrija, ¿no?, que al fn y al cabo es un bollo enriquecido. El caso es encontrar el lado lúdico y glotón a cada época, aunque sea de Pasión.
Miguel: yo no estoy abonada al Plus y debo conformarme con los canales normales, pero a este paso tendré que hacerlo. Disfruto más las películas en el cine, como voy sola me lo puedo permitir, pero los que tanto se quejan deberían buscar una salida razonable. Hay géneros para todos los gustos, afortunadamente, pero es vergonzoso que hagan películas tan mediocres contando con tantos medios. Supongo que los responsables prefieren ir a lo seguro, a lo que vende, aunque sea una porquería. Es lo malo de la sociedad de consumo: la abundancia no es sinónimo de calidad.
Joselu: me gustan las películas que me conmueven o me hacen sentir algo, pero no soporto ciertas escenas. Por ejemplo, aún recuerdo con horror "El crimen de Cuenca", y mira que hace años...
Cuando llegué a Madrid procedente del Sáhara había cines que ofrecían dos películas por siete pesetas, qué tiempos aquéllos... Hoy el cine funciona de manera totalmente distinta, en Madrid capital apenas quedan salas, todas están en los grandes centros comerciales para que todos veamos y hagamos lo mismo. No creo que sea bueno, pero es lo que hay.
Feliz regreso, colega.